El regreso del Joaquín Guzmán Loera al Penal del Altiplano obligó a extremar las medidas de seguridad.
Afuera del dicho centro penitenciario hay tanquetas, soldados, policías federales y policías del Estado de México.
EL CONTACTO DE “EL CHAPO” CON SU ABOGADOS Y FAMILIARES QUEDARÁ LIMITADO
Para evitar que otra vez recurra a un túnel para fugarse, el piso de su celda se reforzó con una cuadrícula de varillas de acero.
EL RESTO DE LAS MEDIDAS DE SEGURIDAD INCLUYE DOS CANDADOS CON CADENAS, CERRADURA ELECTRÓNICA, UNA PUERTA INTERNA CON BARROTES Y OTRA CON PLACAS DE METAL.
Guzmán Loera seguirá teniendo monitoreo permanente a través de cámaras de video que registran imagen y sonido. Esta vez, el capo sinaloense no tendrá derecho a televisión.