Mouris Salloum George*
Cuando, en Polonia, cayó el sistema comunista y se proclamó un régimen democrático con la oferta de Solidaridad, la gente empezó a salir a las calles con este grito: Estábamos mejor… cuando estábamos peor.
Al avanzar en el ejercicio de su mandato neoliberal, Carlos Menem solía decir: La economía de Argentina marcha muy bien; la de los argentinos, quién sabe.
Vemos todavía, en la Ciudad de México, personas que portan cachuchas y playeras de campaña donde se lee la leyenda: Nueva era/ Desde abajo con la gente. Se acuñó luego la propuesta de Cuarta transformación.
El discurso político a la mexicana como dicharachos y disparates
En reversa: A Ernesto Zedillo Ponce de León le son agradecibles su acerado hermetismo y silencio mediáticos. Encargó la comunicación gubernamental a bocas de ganso para ocuparse él de lo sustancial.
En el siguiente sexenio, se abrieron las esclusas al parloteo y los dicharachos en grado de disparate. Vicente Fox fue presa de la incontinencia verbal y llegó un momento en que uno de los miembros de su gabinetazo clamaba por tres minutos de silencio público. Desde afuera, se pedía callar el concierto de las chachalacas.
Hacemos un alto en el periodo 2004-2006, de campañas presidenciales: La atmósfera empezó a ser contaminada por declamaciones, exclamaciones, declaraciones, exabruptos, expectoraciones, etcétera, de las que se hicieron eco ensordecedor los medios electrónicos.
Nuevo modelo de comunicación política sin regulaciones
En 2011 se registró una sentencia inusual de los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, en caso litigado por el Partido Acción Nacional, que acusó a un gobernador en funciones y precandidato presidencial -ya saben quien-, señalado por abusar fuera de su estado de la compra de publicidad personalizada en el resto del país, pagada con recursos presupuestales.
El Tribunal exoneró al imputado atribuyéndole derecho a usar en favor de sus intereses “el” nuevo modelo de comunicación política.
Para 2018, antes en las campañas y durante el periodo de transición presidencial, se perfiló un nuevo estilo en las formas de comunicación por agentes del Estado, de intermediación de informadores acreditados en la fuente de Palacio Nacional y el receptor último de los mensajes públicos: La sociedad civil.
En la compleja lectura de los contenidos en medios que hacen uso concesionado de bienes púbicos y en impresos, nos queda la sensación de que la liberalidad de los códigos aplicados desde el primer sexenio del siglo no ha variado sustancialmente.
Puesto que somos sinceros partidarios de la pluralidad en los procesos de comunicación Social y de comunicación Política, dejamos el asunto de ese tamaño.
Saltos al futuro sin conceptualización teórica ni doctrinaria
Otro es el interés de esta entrega editorial: En 2018 se dio por puesta en marcha la Cuarta transformación, a la que en 2020 se le cruzó la pandemia Covid-19, fenómeno que sirve para anunciar el arribo a una Nueva normalidad en medio de lo que el vocero principal de la estrategia de combate sanitario diagnostica como fatiga informativa, que produce congestión mental colectiva.
En nuestros registros de trabajo tenemos la inquietud de adherentes a la 4-T; preocupación que se explica por la falta de conceptualización teórica y doctrinaria del Movimiento que tiene en agenda la nueva normalidad.
Sospechamos que una iniciativa de tamaña magnitud no puede aterrizar en el llano emitiendo sólo slogan y spots propios de la mercadotecnia.
A modo de ilustración: Entre 2012 y 2016, segmentos de la sedicente izquierda mexicana analizaron las incesantes derrotas del partido al que confiaron su representación: Se hizo el harakiri remitiendo a las vitrinas de los museos los valores y principios fundacionales que le dieron razón de ser.
Concluimos, pues, que una Nueva era, una Cuarta transformación y el diseño de una nueva normalidad no pueden edificarse sobre el vacío conceptual y programático. Nos queda en la memoria un viejo poema: La noche quedó atrás/ pero me envuelve/ negra como un abismo entre ambos polos… Asunto para ponernos a pensar.
* Director General del Club de Periodistas de México, A.C.