El Papa Francisco se dio a la tarea de constatar este viernes que, en ocasiones, es mejor que los esposos se separen cuando el matrimonio no funciona “para evitar un mal mayor”, pero aclaró que eso “es una desgracia” y pidió ver las partes positiva de un matrimonio.
Durante el sermón de su misa matutina, celebrada en la capilla de la Casa Santa Marta del Vaticano, el pontífice saludó a siete parejas que celebran 25 y 50 años de matrimonio. Ante ellos pidió ver la parte positiva del matrimonio.
Reflexionó sobre un pasaje bíblico en el cual los fariseos quisieron ponerle una trampa a Jesús con preguntas “casuísticas” que sólo podrían ser respondidas con un sí, o un no, reduciendo a un simple “se puede, o no se puede”.
“No hay que pensar, como esos doctores, sobre si se puede o no se puede dividir un matrimonio. A veces se da la desgracia que no funciona y es mejor separarse para evitar ‘una guerra mundial’, pero esta es una desgracia. Hay que ver lo positivo”, señaló el Papa.
Y dejó claro que Jesús, en su respuesta, deja de lado el problema de la separación y se concentra en la belleza de la pareja.
Luego, el Papa recordó a una pareja que festejaba 60 años de matrimonio y a su pregunta: “¿Son felices?”, ellos se miraron y respondieron: “¡Estamos enamorados!”.
“El amor es capaz de hacernos vivir enamorados toda la vida: en el gozo y en el dolor, con los problemas de los hijos y los propios (…) pero siempre seguir adelante. En la salud y en la enfermedad, pero seguir siempre adelante. Esta es la belleza”, abundó.