Volcker fue un eficiente tecnócrata al servicio del sistema financiero internacional, incluso antes de ocupar la Reserva Federal entre 1979 y 1987, participó directamente en las principales decisiones que convirtieron el Sistema de Bretton Woods, responsable por las casi tres décadas de prosperidad de la posguerra, en el casino global de nuestros días, totalmente dominado por la alta finanza especulativa, en detrimento de la economía real.
Formado en la Universidad de Princeton y en la London School of Economics, comenzó su carrera alternando posiciones en el gobierno. En la Secretaría del Tesoro con John Kennedy y Lyndon Johnson y en el banco Chase Manhattan de la familia Rockefeller, antes de retornar al gobierno como subsecretario del Tesoro para Asuntos Monetarios Externos en 1969.
Allí, a los 32 años, tomó parte activa de la articulación tramada en los altos círculos financieros estadounidenses para acabar con el Sistema de Bretton Woods, basado en la vinculación del dólar al oro y en las demás monedas nacionales al dólar, con estrechas franjas de variación, lo cual proporcionaba una considerable estabilidad al sistema financiero y a los intercambios internacionales.
En aquel momento, el arreglo ya se había vuelto incómodo para los intereses del Establishment estadounidense, debido a la demanda de las principales economías europeas con superávits comerciales creciente con los EUA, en especial, la Francia de Charles de Gaulle y exigían la conversión de los dólares acumulados por oro, según las reglas en vigor. En vez de reformular el sistema, como lo proponían numerosos economistas y políticos, entre ellos el asesor económico de Charles de Gaulle, Jacques Roueff, los oligarcas estadounidenses decidieron simplemente detonarlo.
Con conjunto con el entonces secretario del Tesoro John Connaly, George Shultz y Henry Kissinger, todos altos próceres del Establishment, Volcker integró el grupo que convenció al presidente Richard Nixon (1969-1974) a desvincular el valor del dólar del oro, lo cual ocurrió en agosto de 1971, fecha que marcó el inicio de la ahora prevaleciente “financierización” de la economía mundial.
En 1979, Volcker fue nominado por el presidente Jimmy Carter (1977-1981) para la presidencia de la Reserva Federal. En ese mismo año, con el pretexto del combate a la inflación, comenzó una brutal escalada que triplicaría las tasas de interés básicas de “Fed”, llegando a la impresionante marca del 21.5% hacia finales de 1980.
Además de devastar muchos sectores productivos de los propios EUA, el choque de las tasas desató una crisis generalizada entre los países de desarrollo, incluyendo a México, países que habían contratado voluminosos préstamos externos vinculados al modelo de tasas fluctuantes. La infame “crisis de la deuda”, que marcó toda la década de 1980, arruinó los planes de desarrollo de aquellos países.
En realidad, Volcker solamente puso en práctica una agenda planeada hacia finales de la década de 1970 por los “dueños del poder” real en los EUA, agrupados en el célebre Consejo de Relaciones Exteriores (CFR) de Nueva York, especificada en una serie de estudios colectivamente rotulados como “Proyectos para los años 1980 (Project 1980s). La esencia del proyecto contemplaba una “desintegración controlada de la economía”, código para la transferencia del control hacia el sector financiero combinada con un bloqueo de los planes de progreso de las economías que luchaban para superar el subdesarrollo.
En paralelo con la explosión de las tasas de interés Volcker activó una serie de medidas para iniciar un proceso gradual de desregulación del sistema financiero, con la intención de eliminar las directrices provenientes del New Deal de Franklin Roosevelt (1933-1945), las cuales imponían una serie de restricciones a la especulación financiera. Tales medidas culminarían en la década de 1990, en el reinado de su sucesor Alan Greenspan, cuando el gobierno de Bill Clinton (1993-2001) logró la anulación de la Ley Glass-Steagal de 1933, que separaba los bancos comerciales de los bancos de inversión.
Después de salir de “Fed”, Volcker regresó a Wall Street, donde prosiguió su victoriosa carrera al servicio del rentismo especulativo, inclusive, cuando se convirtió en unos de los asesores económicos de Barak Obama (2009-2017) e integró su Consejo de Asesoría Económica, hasta 2011.
En este período, realizó todos los esfuerzos para preservar el sistema financiero basado en la “independencia” del banco central –eufemismo para “hegemonía financiera”- y para bloquear los intentos de retomar los principios de la Ley Glass-Steagal, después de la crisis de 2008.
*MSIa Informa