El peligro en transporte público en la entidad de Guerrero ha subido drásticamente en los últimos meses. El sábado 3 de abril, un grupo armado se dio a la tarea de interceptar un camión urbano en la avenida Costera Miguel Alemán. Los delincuentes obligaron a los pasajeros a descender del camión para después incendiarlo frente a decenas de testigos.
El grupo armado, identificados como sicarios, se dio a la tarea de dejar una cartulina con el mensaje: “Ya estamos aquí Capuchino, deja de matar taxistas inocentes venimos por ustedes”. Dirigido al líder de una de las bandas que se disputa el control de los negocios ilícitos en el estado.
Horas antes del acontecimiento, los concesionarios del transporte público habrían tomado la decisión de suspender el servicio en el puerto de Acapulco. Esto para denunciar públicamente las amenazas de muerte, homicidios y extorsiones de la delincuencia organizada.
Ante este tipo de amenazas, cientos de habitantes de la zona poniente del puerto de Acapulco se han quedado poco a poco sin servicio de transporte. Los transportistas se dan a la tarea de declarar que debido a amenazas de muerte recibidas, determinaron suspender el servicios. Los habitantes confirmaron que empezaron a disminuir la frecuencia del transporte público.
Ante esta problemática, las autoridades continúan sin reforzar los operativos de seguridad. Esto con la finalidad de garantizar la integridad física de los trabajadores del volante y de los mismos usuarios.
Hay que recordar que en el mes de febrero, varias escuelas también suspendieron clases debido a las amenazas. Igualmente, se aplicó un toque de queda por la grave violencia en el estado.
Esta situación se encuentra afectando a cientos de niños y niñas que reciben su educación básica en los planteles escolares que se encuentran ubicados en las zonas amenazadas de Guerrero.