A través de la plataforma de Change.org, un ciudadano lanzó una petición para “cambiar el tono de la alarma sísmica” porque, según él, a muchas personas “nos asusta el tono la alarma que avisa cuando va a haber un temblor, nos causa mucho pánico, queremos que el jefe de gobierno haga un consenso y revisen qué otro tipo de alarma nos podrían poner para no asustarnos tanto y que todos o la mayoría estemos de acuerdo”.
NO ES ALARMA, SINO ALERTA
Lo que seguramente el ciudadano, autor de esta propuesta, no sabe es que su petición está mal. La encargada de sonar en los altavoces públicos de la Ciudad no es la alarma sísmica, como dice él, sino la alerta sísmica.
La Secretaría de Protección Civil de la Ciudad de México explica que la ALERTA nos da 50 segundos de ventaja para evacuar o resguardarnos en una zona de menor riesgo antes de que el movimiento sea perceptible y es el Centro de Instrumentación y Registro Sísmico (Cires) la entidad encargada de hacerla sonar.
Esta señal es emitida por los radio receptores del Sistema de Alerta Sísmica y a través de los altavoces instalados en las cámaras de vigilancia de la Ciudad de México.
CUANDO EL SISMO YA ES PERCEPTIBLE
Mientras que la ALARMA es un aviso implementado en un inmueble (silbatos, chicharras, altavoces, etc.), el cual es activado por una persona cuando el sismo ya es perceptible. Su finalidad es indicar a las personas que deben seguir un procedimiento de actuación en caso de emergencia.
El ingeniero Juan Manuel Espinoza, director general del Cires, explica que es más importante que la gente se preocupe por saber qué hacer si la alerta suena, ya que las condiciones son muy diversas dependiendo de la hora en que suceda un sismo, en lugar de pensar en que sonido emite. “No tiene sentido un sonido si la gente no tiene un conocimiento de lo que hay que hacer”.
Espinoza cuenta que la alerta sísmica empezó de forma experimental a ensayarse en el ámbito escolar para proteger a los niños, En ese momento no se contaba con un sonido distintivo y se usaba uno simular al de las patrullas o ambulancias, “entonces cuando había el paso de alguno de estos vehículos, los niños lo escuchaban y hacían simulacros. Estábamos creando una confusión por la falta de un sonido propio”, explica el director general del Cires.
Fuente: El Universal