La cosa más tierna que puedes ver en internet estos días es Baby Yoda. Más de uno daría su vida por este tierno Yoda de 50 años que vimos por primera vez en el episodio inaugural de The Mandalorian. En serio, no creo que haya alguien que no sienta que algo se detona en su cabeza al verlo para darle todo el amor que se merece a este pequeño. Y para nuestra sorpresa, hay una razón científica por la que amamos tanto a Baby Yoda.
Puedo asegurar que casi cualquiera que vea al pequeño Yoda por primera soltará un suspiro. Sus enormes ojos, su mirada indefensa, la ternura que nos inspira su pequeño cuerpo, todo parece diseñado para desencadenar esa sensación en nosotros. Así lo muestra Katherine Stavropoulos, neuróloga de la Universidad de California, quien ha estudiado la manera en que la ternura activa nuestro sistema neuronal de gratificación.
Baby Yoda está diseñado para desencadenar en nosotros la sensación de ternura. Su pequeña nariz y sus grandes ojos, su pequeña barbilla, todo tiene un aspecto infantil que nos hacen derretirnos de ternura, pues suscitan una reacción que nos hace querer protegerlo.
Los niños nos parecen tiernos porque “motivan a otras personas, y especialmente al papá y a la mamá, a hacer un gran esfuerzo para cuidarlos mientras crecen“, dice Wendy Trevathan, profesora emérita de la Universidad de Nuevo México. Una sensación de desamparo y dependencia puede ocasionar en nosotros reacciones parentales, algo que se ve especialmente reforzado por la manera en que el balbuceo y el contacto visual de los niños afectan a los adultos, comenta la científica.
Así que sí, Baby Yoda es la cosa más cute de internet porque sus rasgos están formados para desencadenar esa sensación en nosotros. Hay que reconocer que lo hace muy bien, y no podemos esperar para saber el efecto que tendrá esta ternura en el mercenario de The Mandalorian.
Fuente: Código Espagueti