Expertos australianos han identificado con gran exactitud por qué y cómo las personas se vuleven más agresivas después de consumir alcohol. Y aunque los cambios químicos en el cerebro provocados por el alcohol ya habían sido señalados como causa de violencia durante décadas, esta nueva investigación confirma la teoría.
Según la revista revista Cognitive, Affective, & Behavioral Neuroscience, los científicos, coordinados por Thomas Denson, profesor de psicología de la Universidad de Australia, llegaron a la conclusión de que las bebidas alcohólicas pueden promover un comportamiento agresivo porque impiden la acción de control de la corteza prefrontal, el área del cerebro diseñada para mitigar la agresividad.
Para confirmar la hipótesis, en el estudio participaron 50 hombres jóvenes sanos que fueron divididos en dos grupos. El primero ingirió dos vasos de vodka —cada uno con 2.42 mililitros de la bebida destilada al 37.5% por cada kilogramo de peso corporal—, mientras que al segundo se le suministró un placebo. Después, todos los participantes fueron sometidos a una resonancia magnética y a realizar una serie de tareas competitivas con otras personas para evaluar los niveles de agresión en respuesta a una provocación.
El escaneo cerebral permitió observar la activación de las áreas del cerebro paso a paso. De esta manera, los investigadores encontraron que las provocaciones no tuvieron ningún efecto sobre las respuestas neuronales de los participantes. Sin embargo, durante las conductas agresivas, solo aquellos que bebieron alcohol mostraron una clara disminución en la actividad de la corteza prefrontal medial y dorsolateral, “incluso con una dosis baja”.
“Estas regiones pueden apoyar diferentes comportamientos, como la paz frente a la agresión, dependiendo de si una persona está sobria o intoxicada”, asevera Denson.
Estos descubrimientos respaldan la teoría que considera la disfunción de la corteza prefrontal como un factor que cataliza la agresión en las personas con intoxicación etílica. Se estima que el alcohol está involucrado en el 50% de todos los delitos violentos.
Denson y sus colegas afirmaron que se efectuarán más estudios en profundidad y con un mayor número de participantes para confirmar la correlación entre el alcohol y el “bloqueo” de la función inhibidora por parte de dicha corteza cerebral. Foto: Sott.net