PRI: De fuego y espíritu

 

Mouris Salloum George*

Y resulta que, 48 horas después de que una menguada nomenclatura celebró el 90 aniversario del partido que ha ganado trece veces la Presidencia de México, hoy es miércoles de ceniza.

 

Desde las incendiadas estribaciones del Desierto de Altar, llegaron los sonorenses triunfantes en el movimiento armado para echar los fundamentos de la Revolución Social.

 

El jefe indisputable de esos combatientes sonorenses, fue Plutarco Elías Calles, aunque sobre su figura señoreó La sombra del caudillo: La de su paisano Álvaro Obregón.

 

A raíz del asesinato de El manco de Celaya en 1928, El turco de Guaymas convocó a la fundación del Partido Nacional Revolucionario, activo un año después. Son los 90 años que se cumplieron el 4 de marzo pasado.

 

Para ilustrar la biografía del PRI, vamos a citar un dato global que le da sentido a la era victoriosa del Partido de la Revolución en sus tres denominaciones, según el origen de sus dirigentes nacionales.

 

De los estados de la República fluyó intuición y estrategia

Presidente fundador del PNR, Enrique Pérez Treviño (Coahuila), Emilio Portes Gil (Tamaulipas), Lázaro Cárdenas del Río (Michoacán), Matías Ramos Santos (Zacatecas), Melchor Ortega (Guerrero), Salvador Barba González (Jalisco), Carlos Riva Palacios (Estado de México).

 

Luis Ignacio Rodríguez (Zacatecas), Heriberto Jara (Veracruz), Rafael Pascacio Gamboa (Chiapas), Rodolfo Sánchez Taboada (Puebla), Gabriel Leyva Velázquez (Sinaloa), Agustín Olachea (Baja California Sur) Alfonso Corona del Rosal (Hidalgo).

 

Carlos Alberto Madrazo Becerra (Tabasco), Alfonso Martínez Domínguez (Nuevo León), Manuel Sánchez Vite (Hidalgo), Jesús Reyes Heroles (Veracruz), Carlos Sansores Pérez (Campeche) Gustavo Carvajal Moreno (Veracruz) Javier García Paniagua (Jalisco), Adolfo Lugo Verduzco (Hidalgo).

 

Jorge de la Vega Domínguez (Chiapas), Luis Donaldo Colosio (Sonora), Genaro Borrego Estrada (Zacatecas), Fernando Ortiz Arana (Querétaro)…

 

Los que llegaron a Palacio Nacional y los que se quedaron a la vera

Por esos liderazgos tricolores surgidos de los estados pasaron las candidaturas presidenciales triunfantes en doce elecciones presidenciales. El tamaulipeco Portes Gil fue presidente de la República provisional; el michoacano Cárdenas del Río, presidente constitucional. Colosio, candidato presidencial asesinado en 1994.

 

Registros, no precisamente accesorios: Luis Echeverría Álvarez ocupó la Oficialía Mayor durante la dirigencia de Sánchez Taboada. Llegó a la Presidencia de México. En el mismo periodo, fue secretario general del CENdel PRI, el mexiquense Adolfo López Mateos. Llegó a Palacio Nacional.

 

El tabasqueño Madrazo Becerra se perfiló a la Presidencia en 1969 cuando, ya fuera del PRI, promovía el partido Patria Nueva. Murió en conveniente accidente aéreo. Su hijo, Roberto Madrazo Pintado, del mismo origen tabasqueño, ocupó la dirigencia nacional del partido y fue candidato presidencial en 2006.

 

Dos garbanzos de a libra en el liderazgo tricolor

Apartemos dos nombres: El del citado tabasqueño Madrazo Becerra y el del tuxpeño Reyes Heroles.

 

Madrazo Becerra tuvo una activa militancia política desde sus mocedades: Fue, durante el cardenismo, líder de la Confederación de Estudiantes Socialistas de México. En Tabasco, esa central abarcó a obreros y campesinos. Esa formación estuvo ligada a la Confederación de Jóvenes Mexicanos, surgida en el marco del PNR-PRM.

 

Del Partido de la Revolución Mexicana fue segundo presidente nacional, el general veracruzano Heriberto Jara. Tuvo como auxiliar a su joven paisano Jesús Reyes Heroles. Tres décadas después, don Jesús, convertido en un verdadero tratadista y profesor de Teoría General del Estado, asumió el liderazgo del PRI.

 

De las provincias llegan los aires transformadores

¿Qué nos revela la anterior narrativa? Que, como en la Insurgencia, la Reforma y la Revolución de 1910, el partido fundado en 1929 tuvo su energía vital en hombres provenientes de los estados de la República: unos, forjados en el vivac, otros en la militancia política partidista activa; los más, extraídos de la universidad pública, de las legislaturas, de la administración federal y de las gobernaciones de sus estados de origen.

 

Del éxtasis del poder presidencial a la agonía

La segunda expulsión del PRI de Los Pinos, en 2018, se dio durante la gestión del michoacano metropolizado, hecho en una universidad de los Estados Unidos, Enrique Ochoa Reza, acompañado por la defeña Claudia Ruiz Massieu Salinas. Ambos pescados en la burocracia.

 

La debacle tricolor del 1 de julio de 2018, tuvo como protagonista al tecnócrata nacido en la Ciudad de México, José Antonio Meade Kuribreña, reclutado por añadidura, como candidato presidencial simpatizante.

 

La agenda del 90 aniversario del PRI el pasado martes, estuvo presidida por la convocatoria a la renovación de la dirigencia nacional, programada para el próximo mes de agosto.

 

La anterior Asamblea Nacional, en agosto de 2017, se vio subvertida por una teledirigida reforma vertical a los estatutos del PRI, a modo de ceder la candidatura presidencial del tricolor a un externo; obviamente, sin trayectoria en el partido que lo nominó finalmente.

 

Democracia transparente: Las bases están primero

Cuando el regiomontano Martínez Domínguez lideró el PRI, propuso como estrategia, de la periferia al centro.

 

Durante su liderazgo nacional del PRI, el campechano Carlos Sansores Pérez, en la perspectiva de la sucesión presidencial de 1982, postuló la democracia transparente.

 

Nada más, pero nada menos, es lo que exigen los priistas que permanecen aún como militantes de siempre en el Partido Revolucionario Institucional (PRI): Una elección abierta a las bases.

 

El tema da para más. Lo continuaremos tratando en próximas entregas. Nos quedamos en que hoy es miércoles de ceniza. La leyenda nos cuenta que, el Ave Fénix, resurgió de sus cenizas. Pero el PRI no está hoy para leyendas. Vale.

*Director General del Club de Periodistas de México, A.C.

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