PROTOCERATOPS EMPLEABAN CUERNOS Y CRESTAS PARA ENCONTRAR PAREJA

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(Imagen: “Protoceratops family”, por Charles R. Knight)

Los protoceratops vivieron en lo que actualmente es Mongolia, durante el Periodo Cretácico Superior, es decir, hace entre 83 y 72 millones de años. Esta clase de dinosaurios herbívoros, que medían menos de dos metros de largo y unos 60 centímetros de alto, tenían una gola ósea que, como una coraza, se extendía sobre su cuello –a la altura de la nuca-.

A lo largo del tiempo, los expertos especularon sobre de la función de dicha estructura. Mientras algunos paleontólogos decían que era una adaptación exclusivamente defensiva, otros señalaban que se trataba de un atributo clave durante el cortejo, el cual, los machos mejor provistos exhibían para seducir a las hembras.

Investigadores de la Universidad Reina María de Londres, determinaron que en los adultos era desproporcionadamente grande en comparación con su tamaño y, en ejemplares jóvenes, no estaba presente.

De acuerdo con el estudio publicado en la revista electrónica ‘Palaeontologia Electronica’, los científicos analizaron la evolución de la gola -a lo largo de cuatro fases de desarrollo en 37 especímenes-, desde su etapa de cría hasta la madurez; ello les permitió descubrir que surge súbitamente cuando los animales se convierten en adultos. Asimismo, que con el tiempo, se hace más grande y cambia de forma, ensanchándose cuando envejecen.

Dicha característica anatómica, jugaba un papel determinante al momento de buscar pareja, y reafirmaba su posición de predominio al realizar interacciones sociales.

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