El sarampión es una enfermedad infecciosa y contagiosa, causada por un virus, que se caracteriza por la aparición de pequeñas manchas rojas en la piel, fiebre alta y síntomas catarrales.
Según la Organización Mundial de la Salud, los síntomas iniciales del sarampión consisten en fiebre alta, flujo nasal, ojos rojos y pequeñas manchas blancas en el interior de las mejillas, y suelen aparecer entre 8 y 12 días después de la infección.
POR PEQUEÑAS GOTAS
Posteriormente surge una erupción en la piel de color rojizo, que se extiende gradualmente por todo el cuerpo.
El sarampión se transmite por pequeñas gotas procedentes de la nariz, boca y faringe de las personas infectadas.
La mayoría de los pacientes se recuperan en dos o tres semanas. Sin embargo, el sarampión puede causar complicaciones graves, tales como ceguera, encefalitis, diarrea intensa, infecciones de oído y neumonía.