La realidad aumentada no es lo mismo que la realidad virtual. En cierto sentido son parientes cercanos, pues han tenido un auge en los últimos años y se han desarrollado paralelamente, pero no hay que confundirlas. Una manera sencilla de diferenciarlas es tener en cuenta que la realidad virtual es una simulación en 3D con imágenes fotorrealistas que generalmente usa un set de lentes para funcionar, mientras que la realidad aumentada (RA o AR por sus siglas en inglés) combina elementos digitales con el espacio en el que cotidianamente nos movemos, y puede ser usada en smartphones y otros dispositivos.
El concepto básico de la realidad aumentada es que agrega ya sea información u objetos al espacio que regularmente percibimos. Podemos entenderlo con un ejemplo. En la década de 1990 esta tecnología encontró sus primeras aplicaciones en el ejército, en particular en la navegación aérea. Los pilotos podían ver la información de la altitud, la velocidad del avión y sus coordenadas en un display que la proyectaba sobre el lugar del que se quería extraer los datos.
Pero si de plano no te suena a nada quizá te sirva recordar aquella escena de Terminator 2 en la que el policía androide está buscando a John O’Connor y entra a un bar. Al toparse con la gente puede ver inmediatamente su nombre, edad y otros datos proyectados en su vista. Más o menos así funciona la realidad aumentada.
Realidad aumentada: un concepto reciente
En 2009 el MIT dio a conocer un proyecto llamado SixthSense que tenía como propósito implementar un prototipo de realidad aumentada que funcionaba con un proyector, una cámara, un pequeño espejo y un smartphone. El set permitía interactuar con las proyecciones utilizando sensores en las manos usándolas como cursor e incluso dibujando sobre la superficie proyectada. Sin embargo resultó que elaborar un producto terminado que funcionara de manera independiente resultaría demasiado caro, por lo que difícilmente llegaría al mercado, y a pesar de que prototipo lucía rudimentario, más que un producto terminado SixthSense pretendía dar un concepto, que en cierta medida ha sido retomado por la realidad aumentada de los años más recientes.
Años recientes diversas compañías como Intel, Microsoft e incluso Google han desarrollado lentes inteligentes, que básicamente quiere decir que son capaces de realizar algunas funciones de los smartphones añadiendo una buena dosis de realidad aumentada. Fue en 2013 cuando Google anunció sus Google Glasses, que funcionaban con independencia de otros dispositivos. Sin embargo debido a factores como su elevado precio o su muy estrecha gama de opciones fueron sacados del mercado luego de apenas dos años de haber visto la luz. Por otra parte en 2017 Google volvió a comercializar una versión de sus lentes de realidad aumentada exclusivamente para empresas de diferentes ramas, esta vez con funciones mucho más especializadas.
Smart Glasses: una nueva apuesta
Los lentes que ofrecen esta tecnología son una de las apuestas más recientes de las empresas interesadas en el desarrollo de la realidad aumentada. Por ejemplo, a principios de este año supimos que una empresa llamada North (apoyada por Amazon) empezó a comercializar Focal Smart Glasses, unos lentes de realidad virtual que prometían cuatro funciones principales: leer mensajes de texto sin tener que mirar la pantalla de tu smartphone, consultar información sobre el clima y la hora, consultar información sobre el clima y la hora, consultar algunos datos de navegación e incluso pedir un Uber desde la interfaz de los lentes. Estos lentes funcionan con un pequeño proyector láser que se dirige a la córnea del usuario y le muestra palabras y números principalmente. Su precio inicial fue de 600 dólares, y muchos opinan que debido a que sus funciones son muy limitadas y a que el proceso de elaboración es tardado (pues son personalizadas para que se adecúen a la fora de cada rostro), quizá no valga la pena aún comercializar este dispositivo a gran escala. Puede que sirva para tareas muy específicas en sectores como la industria, pero no podría, por ejemplo, reemplazar aún todo lo que ofrece un smartphone común, incluso uno de gama baja.
Intel también había anunciado su propio proyecto de lentes inteligentes, que también funcionaban con un proyector láser. La empresa incluso había planeado ofrecer unos cuantos prototipos a desarrolladores interesados en crear software para la interfaz. Sin embargo unos meses después de iniciado Intel decidió cancelarlo, al parecer debido a que no encontró la manera de comercializar el producto a gran escala, además de que la compañía se encontraba resolviendo otros conflictos como el rumor según el cual Apple quería reemplazar sus procesadores en sus dispositivos.
Apple, por cierto, también tiene sus propios planes con la realidad aumentada. Desde hace unos años ha venido trabajando en prototipos de lentes inteligentes, y uno de sus portavoces preveía que a finales de 2019 ya se estarían fabricando a gran escala. Sin embargo corren rumores de que el proyecto ya ha sido cancelado por parte de Apple.
¿Qué esperar de la RA actualmente?
Actualmente es más común interactuar con entornos de realidad aumentada mediante smartphones, tablets, PCs y otros dispositivos. Y hay múltiples formas de hacerlo, desde videojuegos hasta algunas aplicaciones móviles. Uno de los ejemplos más populares lo encontramos en el juego Pokémon Go, que te permite buscar y capturar Pokémons en tu entorno cotidiano con el uso de RA.
Star Walk es otra aplicación que le da un uso interesante a esta tecnología, pues apuntando la cámara hacia el cielo durante la noche podrás ver los nombres de estrellas y constelaciones en tiempo real. Otra app de nombre Layer utiliza el GPS y la cámara de tu dispositivo para mostrarte información sobre los establecimientos cercanos a tu ubicación.
Fuente: Código Espagueti