El 20 de noviembre de 1910 dio inicio de la Revolución Mexicana. Pero, ¿por qué se originó?
Las causas son múltiples y muy complejas. Entre los muchos antecedentes que pesaban en el ambiente en el año de 1910 están:
La permanencia de Porfirio Díaz en el poder, quien desde que llegó a la presidencia en 1876, se había hecho reelegir en siete ocasiones, por lo que su mandato se consideraba ya una dictadura.
Las propiedades comunales o “ejidos” se habían hecho parcelables, y muchos de sus antiguos dueños —indígenas en su mayoría— fueron estafados o despojados de sus propiedades y se vieron obligados a trabajar como peones en condiciones de explotación.
Se estima que, para 1910, el uno por ciento de la población poseía el 85 por ciento de las tierras cultivables, dando lugar a latifundios.
EXPLOTACIÓN DEL PETRÓLEO EN MANOS DE EXTRANJEROS
A principios del siglo XX, Díaz permitió la explotación del petróleo mexicano por compañías extranjeras, como la Standard Oil. En 1907, una crisis económica internacional redujo los ingresos de las compañías extranjeras que operaban en México, lo que provocó desempleo y reducción de los salarios.
Finalmente, entre 1908 y 1909, una terrible sequía redujo las cosechas de maíz, lo cual impactó gravemente en la alimentación de las minorías más vulnerables. Por todo ello, el gobierno de Díaz había perdido el apoyo de las mayorías.