¿Quién teme a Elba Esther?

Mouris Salloum George*

Vuelve a ponerse en la cartelera política la leyenda de El enano del tapanco. Puestos reflectores y micrófonos sobre su estampa, su vozarrón estremece a los timoratos.

 

Como si el contundente veredicto popular-avalado por los árbitros de la contienda del 1 de julio-, no dotará de un imbatible mandato electoral a López Obrador, los amarradores de navajas las afilan para alborotar a las galerías en el palenque.

 

En 2006 y 2012, la mano que movió la cuna de la resistencia contra el arribo de López Obrador a Los Pinos, fue, sin lugar a dudas, la de Carlos Salinas de Gortari. No logró amilanar al tabasqueño.

 

En 2018, se agita la diminuta y maltrecha figura de la recién liberada Elba Esther Gordillo, quien reaparece reafirmando su condición de “guerrera indómita”.

 

La señora tiene legítimo derecho a tratar de rehabilitar su historial. Sin embargo nos parece fuera de toda proporción el supuesto esgrimido por los encaminadores de almas, en el sentido de que su libertad se debe a la voluntad del Presidente electo, y no a la maciza argumentación jurídica de jueces y magistrados.

 

La chiapaneca, sostienen algunos líderes de opinión, le está pasando la factura a AMLO por los votos que le aportó a su victoria. No precisan cuántos, respecto de más de 30 millones de sufragios reconocidos a Morena.

 

En última lectura, lo que está en el centro de la transición presidencial es la Reforma Educativa. Gordillo, dicen sus sonsacadores, ya se calzó el arnés para luchar por su reversión.

 

Es un planteamiento melifluo y falso: Si la reforma se revierte, sería obra de Gordillo. Si López Obrador -que no acepta presiones-desiste en su compromiso electoral, lo haría para no compartir el mérito con la recién liberada.

 

Sigue el gelatinoso planteamiento: Si AMLO no da espacio de acción política a Gordillo, la exonerada va por el SNTE. No sólo eso: Será su plataforma para formar un nuevo partido como contraparte electoral de Morena, ya que  los partidos derrotados tardaran en levantar cabeza.

 

Argumentos de párvulos, si otros no lo saben, Gordillo sí: ¡Muerto el rey, viva el rey! No hay borracho que coma lumbre. En unas semanas, Gordillo cumplirá 73 años. Pasó sus últimos cinco en prisión, enferma. Esta es la neta.

*Director General del Club de Periodistas de México, A.C./ Cartón: Luy

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