México se da a la tarea a rechazar los intentos de Washington de que se incluyan normas para que haya mayor contenido regional del 75 por ciento en la industria automotriz y para orientar la producción hacia las fábricas de Estados Unidos y Canadá, que pagan sueldos más altos, luego de que el viernes pasado concluyera la última ronda de negociaciones.
Según la agencia AP, un funcionario mexicano que solicitó el anonimato porque no estaba autorizado a hacer declaraciones, dijo que los representantes comerciales estarán “localizables”. Sin embargo, reconoció que será difícil y sugirió que Estados Unidos debe mostrar flexibilidad.
Robert Lighthizer, representante de Comercio de Estados Unidos, expresó en un comunicado que las negociaciones “han abarcado una gran cantidad de temas bastante complejos” que incluyen propiedad intelectual, lácteos y agricultura, energía y leyes laborales.
Según Infosel, aparentemente el reto mayor de Chrystia Freeland, Lighthizer y Guajardo, ministros de comercio de Canadá, Estados Unidos y México, respectivamente en este proceso, son las reglas de origen automotriz, uno de los asuntos más álgidos en que no han logrado ponerse de acuerdo hasta ahora.
Por otro lado, en la Casa Blanca, el presidente estadounidense, Donald Trump, convocó a una reunión a los principales ejecutivos de la industria automotriz de ese país, a fin de abordar el tema de las emisiones contaminantes al medio ambiente y, probablemente, comentar el estado de las renegociaciones del TLCAN.
En la reunión con Trump estuvieron presentes ejecutivos como Mary Barra, directora general de General Motors; James Hackett, director de Ford Motor; Sergio Marchionne, presidente y director de Fiat Chrysler Automobiles; Bob Carter, vicepresidente ejecutivo para Norteamérica de Toyota; y Scott Becker, vicepresidente de Nissan Motor, entre otros.
Aunque la reunión fue convocada para discutir las regulaciones medioambientales de esa industria, ahí también estuvieron presentes Lighthizer y Jared Kushner, dos de las figuras que más han gestionado con México las bases del nuevo TLCAN.
Retirarse del TLCAN implicaría carestía para consumidores de EU
Si Estados Unidos abandona el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el costo de los bienes importados de Canadá y México aumentaría en cinco mil 300 millones de dólares al año, y las ganancias de los comerciantes minoristas caerían casi 16 mil millones de dólares.
Los datos fueron publicados en una investigación de A.T. Kearney, una consultora global con sede en Chicago, elaborada para la Federación Nacional de Comerciantes Minoristas (NRF), la principal asociación de comerciantes estadunidenses, y para el Instituto de Comercialización de Alimentos.
La elevación de las tarifas si Estados Unidos se retira del TLCAN probablemente repercutiría a los consumidores en forma de precios más altos, dijo la federación en un comunicado.
“Hay mucho en juego para los minoristas, trabajadores y consumidores estadunidenses en las negociaciones del TLCAN”, dijo el presidente y gerente general de NRF, Matthew Shay.
Este lunes seguirán las pláticas para lograr tener un documento antes del 16 de mayo -este miércoles- a fin de que el Congreso de Estados Unidos lo pueda revisar y votar. Además, los mercados, en especial el tipo de cambio, seguirán atentos a las noticias que se generen en Washigton.
Por su parte, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) reiteró su llamado a privilegiar la calidad, idoneidad, visión de largo alcance y eficiencia en el logro de acuerdos, en beneficio de la región, por encima de presiones o plazos impuestos.