En los primeros días de aislamiento, la Comisión Interinstitucional de Enfermeras en Jalisco (CIEJ) recibió seis quejas de personal médico, una de ellas de una mujer que fue bañada con cloro y agua.
“A las compañeras no se les permitió subir a camiones de transporte público y si subían, la gente se hacía a un lado para no tocarlas. A una compañera la bañaron con agua y cloro”, afirmó Edith Mújica, presidenta de la CIEJ.
La enfermera agredida físicamente trabaja en la Clínica 110 del IMSS, ubicada en la colonia Oblatos, al oriente de Guadalajara, donde se registró el primer fallecimiento por COVID-19 en Jalisco, confirmado el pasado 23 de marzo por la Secretaría de Salud.
Como en los otros cinco casos, no hizo ninguna denuncia formal por los hechos, pero buscaron apoyo en la CIEJ que emitió recomendaciones como asistir a cumplir con su labor sin portar el uniforme y lo mismo al final de su jornada laboral.
“Con el trabajo que se tiene, no tienen tiempo de andar yendo y viniendo. El hecho de que nosotros hayamos tratado el tema, sirvió porque no se evidenció su identidad”, señaló.
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