Cuando era infante, Mark Baker se dio a la tarea de enamorarse de un viejo castillo construido a principios del siglo XIX.
Por años, Baker se dio a la tarea de jugar a lo largo de los pasillos y habitaciones de la antigua fortaleza edificada en lo alto de una colina en la región de Conwy, en Gales del Norte.
Luego de más de 70 años de abandono, el Castillo Gwrych estuvo a punto de quedar en la ruina hasta que Baker, ahora de 33 años de edad y médico de profesión, lo adquirió por una suma de 600 mil libras esterlinas, en una subasta organizada recientemente.
De acuerdo al portal británico Daily Mail, a los 11 años Baker, viendo que el castillo no recibía ningún tipo de atención del gobierno local, organizó un fondo para adquirirlo cuando fuera posible.
Dos décadas más tarde, a través de la organización National Heritage Memorial Fund, Baker pudo rescatar el castillo que lo enamoró de niño.
Ahora que la construcción pertenece al fondo que inició el doctor Baker 21 años atrás, la misión es restaurarlo para que sus muros vean el esplendor que perdió hace poco más de 200 años.
El castillo fue habitado por los herederos del constructor original hasta 1924, año en que murió la Condesa de Dundonald.
Ese año, la construcción pasó a manos de la Familia Real, pero en 1925, el esposo de la condesa compró nuevamente el castillo por una suma superior a las 78 mil libras.
La construcción se usó durante la Segunda Guerra Mundial como santuario para los judíos que lograron escapar de los países ocupados por los Nazis, y se abandonó en 1946.