Silvia se encontraba próxima a casarse con su amado Juan, parecía que todo iba bien hasta que él recibió un mensaje extraño en el que le decían que era un cornudo, adjunto a un video que no pudo ver, en el que la protagonista era su futura esposa.
Vivían en un pueblo y se diseminó como pólvora el video indiscreto, era claro, podía observarse la cara de Silvia practicando sexo oral a otro hombre; todos hablaban sobre ello.
La protagonista del video rápidamente investigó sobre la causante de tal hecho, una de sus compañeras de trabajo le comentó que Carola, su amiga, había robado el clip y lo preparaba como un regalo de bodas.
Silvia y Carola laboraban juntas en un bar, a donde furiosa se dirigió la mujer. Según el libro “Presas de amor” de Luis Beldi, fue la misma Carola quien la animó a tener un amante.
Fueron dos citas las que tuvo Silvia con su amante y la grabación de esa segunda cita fue la que condujo a la tragedia. La mujer relató la experiencia a su compañera, quien se cree fue la encargada de difundirlo en internet.
Durante las investigaciones, Silvia reveló que Carola pensaba que su marido le era infiel y le pidió que le hiciera una trampa, su amiga aceptó y envió mensajes que incitaron al esposo a pedirle una cita, se cree que Carola guardó rencor por el hecho. En el pequeño pueblo donde vivían rápidamente se construyó la historia de que el amante de Silvia, el compañero en su video XXX, era el esposo de su amiga.
Silvia enfrentó a la que consideró su traicionera amiga en su lugar de trabajo y en el calor de la discusión, la ofendida tomó una maza (especie de martillo) de casi medio kilo y golpeó a su amiga. Ambas continuaron forcejeando.
Carola fue llevada a su casa, se resistió a ir a un hospital y se recostó, horas después descubrieron que hablaba con dificultad. En el hospital descubrieron algo letal, la mujer presentaba un coágulo de sangre en su cerebro. Fue intervenida quirúrgicamente en varias ocasiones, pero finalmente entró en coma y murió.
“Andaba buscándola con el ánimo ciertamente exaltado, indignada por lo que le habían dicho que su ‘amiga’ planeaba para el día de su boda, y tal vez con ganas de tomarla por los pelos e incluso de pegarle”, fue la conclusión de la justicia.
Según La Capital, en 2013, a sólo 3 años y medio de la muerte de Carola, Silvia obtuvo su libertad; mientras la familia de su “amiga” continúa pidiendo justicia.
“Yo no soy el hombre del video. Yo no creo que Carola haya querido mostrar un video de esa índole, eran amigas. Estábamos invitados al casamiento y yo le iba a hacer el video del casamiento. Era un regalo”, declaró Sergio, el esposo de Carola.
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