RUSIA BOMBARDEA LAS ENTRAÑAS DEL PODER MUNDIAL

RUSIA

 

Por Movimiento de Solidaridad e Iberoamericana (MSIa).

 

En una rueda de prensa del pasado 17 de diciembre, el presidente ruso Vladimir Putin hizo una aguda observación en torno a la génesis y el modus operandi del Estado Islámico (EI). Sus puntualizaciones constituyen un oportuno atisbo de las entrañas de la estructura hegemónica del poder mundial, para la cual el EI funciona como un virtual ejército privado encargado de proteger redes de tráfico de petróleo, drogas y otros productos en el mercado negro mundial. En palabras del líder del Kremlin:

 

“Esta situación se ha desarrollado durante años. Es un negocio, una gran operación de tráfico a escala industrial. Está claro que ellos necesitaban de una fuerza militar para proteger las operaciones de contrabando y las exportaciones ilegales. Es muy fácil citar al factor islámico y palabras de ese tipo para esto, para atraer la carne de cañón. En vez de esto, los reclutas son manipulados en un juego basado en intereses económicos. Ellos comenzaron incentivando a las personas a unirse a este movimiento. Pienso que fue así que el EI se formó.

 

“Después, necesitaban proteger las rutas de transporte. Nosotros comenzamos a atacar los convoyes. Ahora podemos ver que se están dividiendo, en cinco, seis, diez, quince camiones que van hacia las carreteras después de que cae la noche. Sin embargo, otro flujo, el grueso de la flota de camiones, se dirige hacia Irak y lo atraviesa por el Kurdistán local. En un cierto lugar -pediré al ministro de Defensa que muestre esa fotografía- localizamos 11 mil camiones-cisterna. Piensen en esto: 11 mil camiones cisterna en un solo lugar. Es increíble. (Kremlin, 17 de diciembre de 2015)”.

 

Visiblemente, el gobierno ruso tomó la decisión de denunciar esta interfase de los mercados negros con el poder global después de que la Fuerza Aérea Turca derrumbó un avión de combate ruso Su-24 que operaba contra los insurgentes del norte de Siria, próximo a la frontera sirio-turca el 24 de noviembre. Aunque el gobierno turco haya firmado que el avión ruso había violado la frontera, las evidencias sugieren que se trató de un ardid preparado adrede con un objetivo provocador, para intentar forzar una reacción más dura de Moscú que justificar el recurso de Ankara al Artículo 5 de la Convención de la Organización de Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que considera un ataque a un miembro de la organización como un ataque a todos.

 

Si esta era la intención del cada vez más belicoso presidente Recip Erdogan, esta falló, pues la OTAN no fue más allá del apoyo retórico y, por otro lado, el Kremlin reaccionó de forma inesperada, exponiendo la complicidad turca con un vasto esquema de financiamiento ilegal del EI, basado en el robo de petróleo en Siria y en la venta de drogas provenientes de Afganistán -proceso que cuenta con la participación de miembros del gobierno turco y de familiares de Erdogan.

 

Un artículo del periodista investigador británico Nafeez Ahmed, publicado hacia finales de julio pasado, presentó un detallado relato del esquema de financiamiento del EI y, principalmente, de la complicidad de los gobiernos del Reino Unido y de los EUA con él. Basado en entrevistas con “altas fuentes políticas de la región”. Ahmed afirmó que empresas británicas y estadounidenses estaban participando activamente de las ventas de petróleo del EI en el mercado negro internacional, con el apoyo del Gobierno Regional Kurdo en Irak (GRK) y del servicio de inteligencia militar turco MIT, que también estarían proveyendo armas directamente a los yihadistas.

 

La empresa británica Genel Energy, apoyada por el gobierno y por un grupo parlamentario británico con antiguos nexos con las industrias petroleras británica y kurda, fue contratada por el GRK para explotar petróleo en la región, el cual es refinado en una empresa kurda acusada de facilitar las ventas petroleras del EI a Turquía.

 

Según Ahmed, “la relación entre compañías energéticas británicas y kurdas y los políticos británicos levanta preguntas sobre el conflicto de intereses -especialmente en el contexto de una ‘guerra al terror’, que se supone que estaría siendo librada contra el EI, y no financiándolo”.

 

Creada en 2011, muy a tiempo para participar en el conflicto sirio, la Genel resultó de la fusión de la empresa británica Vallares PLC y de la turca GenelEnerjii, una operación de 2,100 millones de dólares. Su ejecutivo en jefe es Tony Hayward, quien ya ocupó el mismo cargo en la gigante BP. El petróleo extraído por la empresa es procesado en la refinería de Bazián, operada por el NokanGroup, empresa con estrechos vínculos con el GRC. Camiones operados por la Meer Soma, subsidiaria de NokanGroup, han sido usados para transportar el petróleo producido en áreas controladas por el EI hasta la zona kurda en Irak.

 

Esta actitud de “condescendencia” de las autoridades de los países centrales de esta estructura de poder con el mercado paralelo de petróleo, donde son vendidos los cargamentos de petróleo sirio apoderado por los yihadistas (por cierto, los enfrentamientos entre el EI y el Frente al-Nusra, citados en la prensa internacional, no se refieren a diferencias ideológico-religiosas o políticas, sino a disputas sobre el control de las áreas productoras), se extiende a otras actividades ilegales, especialmente, al lavado de dinero proveniente de actividades del tráfico, no solamente de productos como el petróleo, piedras preciosas o piezas arqueológicas, sino también del narcotráfico y de la evasión fiscal.

 

Una muestra de esto fue vista el pasado 27 de octubre, cuando el príncipe saudita Abdel Mohsen bin Walid bin Abdulazis fue detenido en el aeropuerto de Beirut, Líbano, junto con otros cuatro coterráneos, por intentar embarcar en su jet privado nada menos que dos toneladas de pastillas de metanfetaminas y una cantidad no divulgada de cocaína. Otros dos sauditas y tres libaneses -posiblemente los proveedores de las drogas- fueron indiciados por las autoridades locales como participantes del suceso. El cargamento, valuado en 280 millones de dólares, fue el mayor decomiso en la historia de este aeropuerto.

 

Prohibida desde hace décadas en Occidente, por sus efectos adictivos, esta variedad de anfetamina se produce clandestinamente en varios países de oriente Medio y en los propios EUA, siendo comercializada bajo el nombre fantasía de Captagón y utilizada tanto como droga “recreativa” por adultos jóvenes (hoy es una fiebre en Arabia Saudita), como estimulante, por los combatientes de grupos yihadistas involucrados en la campaña militar contra el gobierno de presidente sirio Bashar al-Assad. Según especialistas libaneses, se trata de una “droga de combate”, que “vuelve a las personas extremadamente salvajes y destruye todo el temor” y es muy utilizada por el Estado Islámico (EI).

 

“Ella podría haberse destinado a Irak ya las células del EI, por allá, pero es más probable que el príncipe saudita la estuviera llevando a los aliados sauditas en Yemen. O ambos, más probablemente, ambos”, aseguró una fuente local al periodista investigador checo Andre Vitchek (Counterpunch, 13 de noviembre de 2015).

 

Se sospecha que los terroristas que atacaron París el pasado 13 de noviembre, podrían haber utilizado esta droga. Algunos sobrevivientes del ataque describieron el comportamiento de ellos como si fueran zombis, mostrando serenidad mientras ametrallaban al mayor número posible de personas (ABC/Reuters, 24 de noviembre de 2015).

 

Hacia finales de 2009, el entonces director ejecutivo de la Oficina de Drogas y Crímenes de las Naciones Unidas (UNODC), Antonio Maria Costa, afirmó que, durante la crisis global de 2008-2009, más de 350 mil millones de dólares provenientes del narcotráfico fueron inyectados a los grandes bancos mundiales, dinero que evitó una crisis de liquidez a los bancos y se utilizó para préstamos interbancarios. En la ocasión, él enfatizó que no se trataba de un problema de bancos individuales, sino de todo el sistema financiero mundial. Y el estimado era conservador, pues ya para entonces especialistas ponían los flujos de “narcodólares” en centenas de miles de millones de dólares, ubicando a las drogas como uno de los tres mayores mercados del planeta, junto con los hidrocarburos y las armas.

 

Otro alto funcionario que ha puesto el dedo en el papel de los mega-bancos es el director del Servicio Federal de Control de Drogas de la Federación Rusa (FSKN, siglas en ruso), Viktor Ivanov, quien, en numerosas intervenciones públicas en los EUA, Europa, América y otras partes, ha hablado sin tapujos sobre los vínculos entre el tráfico internacional de drogas y el sistema financiero global. En una conferencia en Washington, en noviembre de 2011, afirmó:

 

“La clave para liquidar el tráfico global de drogas y reformar la economía existente y orientarla hacia una economía que excluya el dinero criminal y garantice la generación continua de activos líquidos limpios, es decir, una economía de desarrollo y créditos orientados a largo plazo…Los análisis muestran que cerca del 10-15% de las drogas son interceptadas, mientras que la proporción de dinero confiscado de las drogas es menor del 0.5% Esto significa que la casi totalidad de la economía global de las drogas entra libremente en circulación y se vuelve parte de los flujos de dinero globales, aprovechando las ventajas de las capacidades del sistema financiero legal. En cuanto a esto, bancos sin escrúpulos, que practican operaciones financieras a gran escala, además de su capacidad de enfrentar los riesgos que asumen, procuran asegurar la liquidez que necesitan recurriendo a la atracción criminal, o, para ser más exactos, a la absorción de vastas cantidades de dinero criminal, la mayor parte del cual, es dinero de las drogas.

 

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