Venezuela se encontraba al borde del incumplimiento de los pagos de su deuda, pero Rusia le lanzó un salvavidas. Anton Siluanov , ministro ruso de Finanzas, dio a conocer el miércoles que ambos países acordaron la reestructuración de aproximadamente 3000 millones de dólares en préstamos del Kremlin.
Esa cantidad es muy pequeña comparada con la enorme deuda de 120.000 millones de dólares que tiene Venezuela, pero le ayudaría al gobierno de Nicolás Maduro a hacer pagos por cientos de millones de dólares en las próximas semanas a otros acreedores y posiblemente sirva para asegurarle a los tenedores de bonos que el impago no es inminente.
El gobierno venezolano ha luchado para cubrir el pago pendiente de un bono de PDVSA 2017 por 1200 millones de dólares, con un plazo que se venció el viernes pasado y que no tenía un período de gracia.
Para la madrugada del miércoles, los inversores y analistas financieros habían comenzado a temer que Venezuela no obtendría el dinero para honrar sus deudas. Aunque, para el mediodía, iniciaron las transferencias vencidas a los tenedores de bonos.
Empero, Venezuela se ha dado a la tarea de retrasar el pago de más de 350 millones de dólares en intereses sobre varios bonos desde octubre, con períodos de gracia que vencen en las próximas semanas.
Esta es la tercera vez en un año que Rusia ha aceptado ayudar a Venezuela por sus problemas financieros. Y sus préstamos al gobierno de Maduro forman parte de una estrategia mundial que utiliza a Rosneft, la petrolera estatal rusa, para ayudar a alcanzar los objetivos de política exterior del gobierno de Vladimir Putin.
Como Venezuela generalmente le paga a Rusia con petróleo, la renegociación podría significar que el gobierno de Maduro tendrá más petróleo para vender en los mercados mundiales y así conseguir el efectivo que necesita para pagar la deuda e importar alimentos y medicinas. Fuente: TNYTimes