Se necesita una revisión completa de las reglas económicas de la UE

 

El mensaje del presidente italiano Sergio Matarella, para una revisión de las reglas del Pacto de Estabilidad, con el objetivo de renovar la cohesión europea y orientarla hacia el crecimiento y las inversiones productivas, puede abrir una temporada de grandes cambios e innovaciones en todos los campos de la política y de la economía. El presidente interpreta bien las necesidades de nuestro pueblo y, por encima de todo, la delicadeza de una situación que puede comprometer la unidad de la Unión Europea (UE).

 

De hecho, el momento económico es difícil para todos los países de la UE, golpeados por la recesión, deflación y olas desestabilizadoras de guerras aduaneras. No obstante, esperamos que esto nos permita dar el empujón final a la absurda política de “austeridad a todo costo”.

 

En los últimos años, observamos frecuentemente también las necesidades más apremiantes que deberían ser atendidas en Europa.

 

Antes de todo, restar las inversiones para el crecimiento –en infraestructura, redes, innovación, educación e investigación- de la lógica de los gastos corrientes, restricciones presupuestales y el cálculo del déficit. El rigor no puede ser un fin en sí mismo. Antes del acuerdo de Maastricht, la política económica de la UE pasó a orientarse por la brújula exclusiva de la austeridad. Hoy, felizmente, incluso los economistas monetaristas reconocen el error y admiten el error de la fórmula.

 

Entre otras cosas, debe redefinirse también la llamada política de rescates internos (bail in, en la jerga del mercado), que permite que, en caso de una crisis bancaria, se ponga en el mismo barco de responsabilidades a los accionistas poseedores de títulos y a los cuentahabientes de un banco. Ella pasó a valer a partir de 2016; hasta entonces, solamente se consideraba el rescate de los bancos con dinero público.

 

Ahora, en nuestra opinión, sería necesario reintroducir una separación entre los bancos de inversiones y comerciales, de modo que las transacciones especulativas sean permitidas solamente a los primeros, y prohibidas a los últimos. Esto asegura una mejor protección al ahorro de las familias. Un bail in bastante duro debe aplicarse a los bancos de inversión que pretendan usar su capital para transacciones especulativas y arriesgadas.

 

Para apoyar una recuperación económica, también se podría, como lo hemos indicado varias veces, recurrir a los eurobonds. Aunque todavía consideramos difícil la transformación completa de las deudas nacionales en deuda europea, el uso de títulos europeos destinados a inversiones productivas específicas puede activarse inmediatamente.

 

Los eurobonds serían emitidos por el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y adquiridos por el Banco Central Europeo (BCE) y, posiblemente, también por los Estados miembros del bloque.

 

Hasta ahora, las inyecciones de liquidez (quantitative easing) del BCE se usaron solamente para comprar títulos públicos de países de la UE, proporcionalmente a su PIB, y otros títulos detentados por los bancos no fue ubicada en créditos para la economía real, sino redepositada en el propio BCE.

 

En vez de esto, sería apropiado vincular las políticas monetarias del BCE, inclusive las inyecciones de liquidez, directamente a los programas de desarrollo económico de la UE.

 

Naturalmente, Europa no puede subestimar los graves problemas fiscales y las necesidades de combatir la evasión y la elusión tributaria. Se estima que, en el ámbito del bloque europeo, la evasión fiscal ande rondando los 900 mil millones de euros, un número colosal, en donde la parte de contribución italiana, es, por desgracia, notable.

 

La tributación de grandes empresas multinacionales, que hasta ahora ha conseguido astutamente evitar los controles, no puede ser pospuesta. El verdadero reto es homogeneizar los sistemas tributarios de varios países de la UE. Además, no puede ignorarse que algunos países –Bélgica, Chipre, Hungría, Irlanda, Luxemburgo, Malta y Holanda- “presentan características de paraísos fiscales y facilitan fugas de una perspectiva fiscal agresiva”, como lo afirma un informe reciente del Parlamento Europeo.

*MSIa Informa

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