Elisabeth Hellenbroich en MSIA
Con la amenaza de anular el Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA, por sus siglas en inglés), como es conocido el acuerdo firmado en 2015 entre Irán y seis potencias occidentales (EU, Rusia, China, Francia, Alemania y Gran Bretaña), el gobierno del presidente Donald Trump piensa chantajear a la Unión Europea (UE), para mantenerla “en la línea” con la amenaza de una guerra comercial inminente.
Y, al mismo tiempo, escenificando una nueva ronda de intervenciones militares en Medio Oriente. El objetivo real del juego es excluir a Rusia y a Irán de cualquier solución constructiva de paz futura en Siria y en el Medio Oriente.
Vale la pena recordar las severas críticas del cineasta estadounidense Oliver Stone a las guerras de EU en una reciente visita a Teherán. Estas son afirmó, “Una fractura del derecho internacional”.
Agregó: “Las guerras continúan porque Estados Unidos dicen que tal vez tengamos un caos en Irak, pero esto funciona porque, si creamos el caos en Siria y en Libia y tuviéremos terroristas en todos los lugares y enormes flujos de refugiados, todo estaría bien. Todo estaría bien si destruimos el Medio Oriente.”
A esto los neoconservadores denominan destrucción creativa. “Somos personas sin ley y hacemos algo que está prohibido internacionalmente,” dijo.
ALEMANIA, UE Y MOSCÚ
En ese contexto, el 25 de abril pasado, el Ministerio de Relaciones Exteriores alemán y el diario Wiesbadener Kurier promovieron una conferencia del embajador alemán en Moscú, Rüdiger von Fritsch, quien habló del futuro de las relaciones alemanas y de la UE con Moscú.
El diplomático fue presidente del equipo de planeación del presidente alemán Johannes Rau (1999-2004), vicepresidente del servicio de información exterior, BND, embajador en Polonia y, desde 2014, jefe de la embajada en Moscú. Habla ruso con fluidez y es un gran admirador de la cultura rusa, además de defensor de la profundización del intercambio cultural ruso-alemán.
Su discurso expresó, por una parte, la típica realpolitik alemana, en la línea oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores. Por ejemplo, sobre el escándalo Skripal afirmó: “No tenemos datos, sino tan sólo explicaciones ‘plausibles’ que justifican la expulsión de diplomáticos.” En lo que toca a Siria, se lamentó de que “Rusia no esté haciendo nada para llevar (al presidente sirio Bashar al-) Assad a la mesa de negociaciones.” En cuanto a las sanciones económicas contra Rusia dijo que eran “la única forma de expresar determinación ante Rusia.”
Por otro lado, subrayó la necesidad de usar la diplomacia como un medio para salir de los conflictos actuales, pues los desafíos globales solamente podrán y serán resueltos por medio de una “diálogo pacífico con Rusia.”
PRINCIPIO DE LA IGUALDAD
En el debate con los asistentes precisó que la mayoría estaba bastante preocupada con el futuro de las relaciones ruso-alemanas y con las sanciones económicas contra Rusia.
Von Fritsch recalcó que la combinación de la “fuerte determinación” de no tolerar ciertas cosas -como en el caso de la reacción de la UE a la crisis de Ucrania- y la búsqueda simultánea por el diálogo es una forma de mantener un “orden multilateral cimentado en reglas, que se funde en el principio de la igualdad.”
El problema de Ucrania, que estalló con una revuelta en 2014, seguida por la crisis de Crimea y la guerra en el Sudeste del país, para él, es como la proverbial cabra en cristalería: “A menos que esa crisis se resuelva de forma constructiva, dijo, no habrá progreso en la relaciones internacionales.” –es sus palabras, esa “cabra” está bloqueando el diálogo constructivo entre Rusia, Alemania y la UE.
REPASO HISTÓRICO DURANTE 30 AÑOS
El embajador hizo una revisión de los últimos 30 años con esta pregunta: ¿Qué sucedió para provocar un cambio tan grande en las relaciones ruso-alemanas? Trató de explicar los acontecimientos de las últimas tres décadas a partir del pensamiento occidental -es decir, alemán- y el ruso. Cuando el Este europeo se liberó, luego de la caída del Muro de Berlín, afirmó, las personas sintieron que habían conquistado el derecho de decidir libremente a qué alianza adherirse, fuese la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) o a la UE.
Al mismo tiempo, la Unión Soviética, un país enorme y rico en recursos, se derrumbó, y con ella el Pacto de Varsovia: “Fue una experiencia traumática, calificada por el presidente (Vladimir) Putin como la ‘mayor catástrofe geopolítica del siglo XX.”
Ante la declinación económica y del debilitamiento de su poder en el “concierto de las potencias,” en Rusia prevaleció la idea de que todo el mundo estaba partiendo para Occidente. Cuando estalló la revuelta de Ucrania, en 2014, Putin convocó al Consejo de Seguridad Nacional y anunció que sería necesario prepararse para el regreso de Crimea a la Federación Rusa y para una escalada militar en el Sureste ucraniano.
Von Fritsch subrayó que, en aquel momento, Occidente resaltó que no quería usar la fuerza, pero que necesitaba actuar a lo que se percibía como “una quiebra fundamental de confianza,” por lo que sería necesaria una “reacción fuerte”. Por ello, se impusieron sanciones con el objetivo de demostrar su propia influencia decisiva, al mismo tiempo en que se manifestaba la disposición para un diálogo continuo.
¿Dónde estamos hoy respecto al conflicto de Ucrania? Preguntó von Fritsch. Con casi 10 mil muertes y numerosos heridos en Donbass, el conflicto complicó “los acontecimientos internacionales.”
Observó que, simultáneamente, surgió una nueva tendencia en el orden mundial, alusión indirecta a la situación de Estado Unidos luego de la victoria electoral de Trump, la cual se expresa en la forma de la política de “mi país en primer lugar” .
Von Fritsch puso el ejemplo para dejar claro un principio fundamental de la diplomacia, el de que en lugar de defenderse del “derecho del más fuerte”, lo que se necesita es el “mando de la ley”, establecido para buscar ventajas para muchos.
MULTIPOLARIDAD Y ORDEN MUNDIAL
Afirmó, por ello, que existe la necesidad de un “sistema multilateral” para multiplicar las ventajas para muchos: “La multipolaridad es un instrumento comprobado para mantener el actual orden mundial. Necesitamos una nueva arquitectura de Seguridad, no un nuevo congreso de Berlín, Helsinki II o un nuevo Yalta, sino un orden mundial cimentado en la igualdad para la ley y en el multilateralismo” .
Aunque las sanciones se hayan escogido como un instrumento de política, debe haber, al mismo tiempo, una oferta constante de diálogo, afirmó el embajador. Resaltó en el debate que Alemania, en particular, está interesada en mantener un “diálogo fructífero y duradero con Rusia”.
En respuesta a una pregunta, criticó también las recientes sanciones de Estados Unidos contra Rusia, que incluyen sanciones contra terceros estados. De acuerdo con von Fritsch, estas medidas están dirigidas directamente contra el proyecto del gasoducto ruso-alemán Nord Stream 2, que comunica a Rusia con Alemania a través del mar Báltico. Recalcó que consideraba las sanciones de Estados Unidos “medidas punitivas”.
El diplomático explicó que Alemania, en particular, debería mostrar interés por la Unión Económica Euroasiática y evaluar hasta qué punto la UE podría cooperar con el bloque.
Cerró la discusión con un vehemente pedido para tener una política cultural más amplia del Ministerio de Relaciones Exteriores alemán, y así constituir un elemento “constructivo” en las relaciones exteriores. Como ejemplos mencionó una reciente exposición sobre el poeta alemán Rainer Maria Rilke en Moscú, coorganizada por Rusia, Alemania y Suiza, además del buen funcionamiento de la comisión histórica ruso-alemana, que ya editó tres libros sobre la historia de los tres últimos siglos.
Elogió muy positivamente, además, la intervención del presidente de la Sociedad Pushkin y vicepresidente de la Asociación cultural Hesse-Rusia, Clotilde von Rintelen, que comentó la reciente exposición realizada en San Petersburgo sobre la historia del famoso cementerio ortodoxo ruso de Wiesbaden.
Foto: Mundo Deportivo