Alejandro Blancas se viralizó en redes sociales, luego de que una persona difundió su historia.
Desde hace 10 años vende en la entrada de la estación Zócalo, frente al edificio de la Suprema Corte de Justicia, en el Centro Histórico.
La gente de las oficinas aledañas lo conocen bien, porque desde hace una década se le ve acompañado de su mascota, vendiendo chicles, de un peso la cajita.
El perro maltés, con su pelo enredado y sucio, permanece quieto adentro de la mochila.
Sale a comer o dar una vuelta y vuelve a la mochila, sabe que no debe moverse. No se permite el comercio ambulante en esta zona.
Obediente permanece quieto en la mochila, a veces envuelto en cobijas por el frío de la mañana.
“Llego a las 6 y media y regreso, y me voy a vender a otro lado, bolsas, o a la casa a ver a la señora”, comentó Alejandro Blancas.
El perro se llama Sol. Dice Alejandro que más que compañía, también lo lleva para que se gane la comida, como él lo ha hecho, hace años como empleado de seguridad privada y ahora vendiendo chicles porque, dice que, a sus 67 años, difícilmente lo contratan.
Al mismo tiempo que vende chicles, recibe las donaciones de comida para el perro.
“Es su madrina, le trae de todo, su sobre, comida, ahorita no le trajo sobre, pero siempre le trae su sobre”, comentó Alejandro Blancas.
Todos los días debe ganar al menos 80 pesos, para comprar retazo de pollo para sus dos perros y un gato que tiene.
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Fuente: Televisa
