Aunque se sabe mucho sobre la familia de los coronavirus, aún se debe entender mucho sobre los modos de transmisión y los efectos en el cuerpo del SARS-CoV-2, el virus que causa el COVID-19. No sabemos si los restos humanos son infecciosos, pero la probabilidad es alta. Así que los patólogos forenses de todo el mundo están instando a los gobiernos a restringir la visión y el manejo del cuerpo después de que se haya completado el examen.
Durante la epidemia del Ébola, que se cobró alrededor de 11.300 vidas en África Occidental entre 2014 y 2015, el manejo de los muertos fue uno de los principales modos de transmisión de la enfermedad. Así pues, una de las enseñanzas que los forenses humanitarios extrajeron de esta experiencia -que ahora se está aplicando al coronavirus- fue que los equipos de primeros auxilios no capacitados no deben participar en la manipulación de restos humanos durante los brotes de enfermedades altamente contagiosas.
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