En un transcurso de cinco años un sujeto que habita en Nueva York, Estados Unidos creyó que el líquido que salía constantemente de su nariz no era moco sino líquido cefalorraquídeo.
Esta es la historia de Greg Phillpotts, quien narra que al principio pensó que se trataba de una simple alergia, contó que en repetidas ocasiones tuvo que desechar comida ya que al prepararla unas gotas que salían de su nariz iban a parar directo en la cena. Estas gotas salían de su poro nasal izquierdo.
El goteo era tan intenso que tenía que ponerse pañuelos en la nariz para evitar que escaparan y tratar de detener el goteo continuo.
Luego de varios diagnósticos erróneos que iban desde la alergia hasta la bronquitis o neumonía, un médico del hospital Mount Sinai encontró que lo que realmente escapaba de su nariz era líquido de su cerebro.
Alfred Iloreta, el médico que lo atendió le informó que este goteo pudo haberle ocasionado una meningitis . Tras una cirugía cerebral los médicos lograron “tapar” la fuga de líquido cefalorraquídeo.
