El primer prostíbulo de muñecas sexuales de París se ha dado a la tarea de abrir sus puertas para la nueva generación de calenturientos que se encuentren dispuestos a reemplazar el calor y tacto humano con la sensación de hule y plástico. Este lucrativo club sexual le ofrece a sus clientes bots de silicón para que “le den rienda suelta a sus deseos”…
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