André Araujo* De todos los daños estructurales a la economía brasileña provocados por el programa neoliberal del actual gobierno, nada es más representativo que la venta de las mayores plantas hidroeléctricas de la CEMIG (Compañía de Energía de Minas Gerais), adquiridas por multinacionales, el peor tipo de capital extranjero, porque no representa la creación de activos nuevos, ni empleos,…
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