Muchos reyes, condes y barones, en su obsesión por concebir únicamente descendencia masculina para asegurar su linaje, se hacían cortar el testículo izquierdo para evitar tener niñas: a causa de que durante la Edad Media se creía que el testículo izquierdo contenía un tipo de esperma que ocasionaba que nacieran bebés con sexo femenino y que el derecho era responsable…
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