Temor e impaciencia en Italia por fin de cuarentena; autoridades se muestran reacias a levantar confinamiento

 

Con su economía paralizada, sus ciudadanos recluidos en sus casas, en Italia sólo se habla de levantar el confinamiento, entre la impaciencia por recuperarse y el temor a una segunda ola de la pandemia.

 

Italia llora a más de 23 mil muertos, pero está saliendo de la fase crítica de la epidemia , tras varias semanas de confinamiento iniciado el 9 de marzo.

 

Día tras día, los medios de comunicación mencionan qué podrá ser lo primero que se autorice. Estas especulaciones obligaron al gobierno a recordar durante este fin de semana “que no se prevén modificaciones” en cuanto al confinamiento en vigor hasta el 3 de mayo, inclusive.

 

¿MAYOR LIBERTAD?

Pero, son los propios ministros del gobierno los que evocan el tema.

Debemos brindar a los ciudadanos una mayor libertad de circulación, declaró el viceministro de Salud, Pierpaolo Sileri.

 

Su colega para la familia, Elena Bonnetti, deja entrever una posible reapertura parcial de los espacios de juego:

¡Algo tiene que cambiar en las próximas semanas para nuestros niños! ¡Ellos tienen el derecho a jugar!.

 

Hay una fuerte presión para hacer reemprender a la tercera economía europea, muy castigada.

 

Un estudio publicado el sábado por Confindustria, la primera organización patronal, afirma que la cuasi totalidad de las empresas italianas (97.2%) ha sufrido efectos de la pandemia, la mitad de una manera «muy grave»; disminuyendo su facturación hasta casi un tercio respecto a marzo de 2019 (32.6%).

 

AYUDA DEL ESTADO

Según el diario La Repubblica, la mitad de los 23 millones de empleados y trabajadores autónomos necesitará la ayuda del Estado, una proporción que podría aumentar.

 

Contrario al confinamiento desde un comienzo, el exprimer ministro Matteo Renzi incluso instó a reabrir las escuelas, a su parecer, una condición esencial para la recuperación económica, en tanto el gobierno parece pensar no hacerlo hasta septiembre.

Convivir con el virus significa repensar cada día. No en las horas punta de todas las fases del cotidiano. Hay que olvidarse de las calles y el transporte público abarrotados, advierte el director del Instituto Superior de Salud, Silvio Brusaferro.

Este ritmo de recuperación provoca divergencias entre el Norte, motor económico del país, muy damnificado por la epidemia, y el Sur, pobre y relativamente poco afectado, pero cuyo sistema sanitario parece encontrarse mal equipado para enfrentar un eventual rebrote de Covid-19.

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