Mouris Salloum George*
De Winston Churchill es la máxima: La oposición gobierna, oponiéndose.
En esa lógica política, resultó normal que, en la Cámara de los Comunes inglesa, los parlamentarios del Partido Laboral votaran contra el acuerdo del Brexit, promovido por la primera ministra, Theresa May, emanada del Partido Conservador.
Lo asombroso fue que 118 parlamentarios conservadores se sumaran al rechazo de la iniciativa de May.
Aplica en ese asunto la regla suma cero. Todo lo que perdió la primera ministra abona al Partido Laboral. Ipso facto, el líder de esta formación, Jeremy Corbyn propuso el procedimiento para derrocaral gobierno, según tipifica el diario londinense The Indepndent.
En la Casa Blanca se escuchan pasos en la azotea
La oposición gobierna oponiéndose, dijo Churchill. En Washington, donde el republicanoDonald Trump tiene parcialmente cerrado el gobierno, el desquiciado naranja no le encuentra la cuadratura al círculo para vencer la resistencia de la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes, que se niega a autorizarle fondos para construir el muro en la frontera con México.
El inquilino de la Casa Blanca, obcecado y desesperado, ya amenaza con rasurar el presupuesto militar para financiar su proyecto. Opositores políticos y medios de comunicación estadounidenses no descartan la eventualidad de que Trump sea defenestrado por El Capitolio.
En el Reino Unido, opera el régimen parlamentario. En los Estados Unidos, el republicano. En ambos casos, sin embargo, se puede sostener que se rigen por una democracia contratada.
Cuando un proyecto político arranca sobre arenas movedizas
Siempre conviene aprender en cabeza ajena. En México, con democracia representativa, la cuarta transformación ha arrancado sobre arenas movedizas. Quien cae en éstas, tiene que emplear toda su destreza para que sus movimientos no lo hundan más en el fango.
En la perspectiva nacional, está visible un riesgo:Desde su campaña presidencial, Andrés Manuel López Obrador se comprometió a someter su investidura a consulta pública a mediados de sexenio, para exponer su permanencia en Palacio Nacional.
El Congreso de la Unión dio ya pasos para legislar la revocación de mandato, extensiva al mando presidencial.
Frente a las resistencias reales, exacerbadas por los amarradores de navajas, el Presidente ha optado por hacerse presente en escenarios en que se observan focos de conflicto, para enfrentarlos y asegurarse el apoyo popular a su gestión.
Operación y comunicación políticas
No es suficiente, no obstante, confiar demasiado en la espontaneidad de las masas: El ejercicio del poder se sustenta dos fundamentos: 1) La operación política, y 2) La comunicación política.
En la segunda asignatura, López Obrador tiene probadas dotes de gran comunicador, atributo que le reconocen hasta sus más rudos detractores.
En cuanto a la operación política, en recientes horas se han empezado a desmontar dos escenarios de crisis. El primero, provocado por el combate al huachicol. El segundo, en materia de Seguridad Pública, que gira en torno al proyecto de Guardia Nacional.
Ayer, en Palacio Nacional, el Presidente recibió un voto de confianza del sector privado a la estrategia para contener el robo de combustible.
Ese apoyo estuvo a cargo del Consejo Asesor Empresarial y de la Asociación Mexicana de Empresas de Hidrocarburos.
La segunda institución es presidida por Alberto de la Fuente. El dato es significativo, porque este empresario es representante a la vez en México del corporativo petrolero trasnacional Shell.
De la Fuente y los asesores empresariales se comprometieron a incrementar las inversiones para elevar la producción petrolera, actual Talón de Aquiles del sector energético.
Una golondrina no hace verano; dos tampoco
En la segunda asignatura, si bien con concesiones a la oposición, la Cámara de Diputados logró salvar escollos para la institución y operación de la Guardia Nacional, cuya minuta, para los efectos correspondientes, se remitió ya al Senado. El dato relevante es que el PRI sumó sus votos a los de la bancada de Morena.
Puntos a favor de la cuarta transformación. Sólo queda hacer la acotación respectiva: Una golondrina no hace verano. Dos tampoco. La brega apenas despunta. La cuesta de enero es sexenal.
2021, año decisivo de la cuarta transformación
Falta remontar una serie de obstáculos a otros proyectos fundamentales antes de que se llegue al tercer año de gestión del nuevo gobierno, en que el Presidente expondrá su mandato a consulta pública.
Ese año, 2021, es de elecciones intermedias de diputados federales. Los partidos, de oposición ahora, tratarán de resarcirse de la derrota del 1 de julio de 2018.
Las cosas políticas no se dan de una vez y para siempre. Es una lógica de la democracia, sobre todo la representativa. En este terreno estamos parados ahora.
*Director General del Club de Periodistas de México, A.C.