El ex primer ministro británico Tony Blair admitió hoy que las pruebas que proporcionaron los servicios de inteligencia para justificar la guerra de Irak en 2003 estaban equivocadas y pidió disculpas por las consecuencias de su decisión de iniciar el conflicto.
“La información de inteligencia que se produjo en el momento de la guerra resultó ser errónea y las consecuencias resultaron ser más hostiles, prolongadas y sangrientas de lo que habíamos imaginado”, declaró Blair en una comparecencia pública tras la divulgación del informe oficial en el Reino Unido sobre la invasión de Irak.
“Por todo eso, expreso más pena, arrepentimiento y disculpas de las del que ustedes puedan llegar a conocer o creer”, afirmó Blair.
AMENAZA PARA LA PAZ MUNDIAL
Puntualizó que, si se hubiera dejado en el poder a Saddam Hussein, el presidente iraquí habría supuesto una amenaza para la paz mundial.
Blair sostuvo que acepta “toda la responsabilidad” sobre los errores a los que apunta el llamado informe Chilcot, que sostiene que el Gobierno subestimó las consecuencias de la guerra y no agotó todas las opciones pacíficas antes de dar luz verde a la invasión.
“Sé que hay personas que nunca lo olvidarán ni me perdonarán por aquella decisión y que piensan que la tomé de manera deshonesta. Pero, como deja claro el informe, no hubo ninguna mentira”, sostuvo el antiguo jefe del Gobierno británico.
“Volvería a tomar la misma decisión”, insistió el político laborista, de 63 años. “Sabía que era una decisión impopular”, abunda y recalca que la tomó porque pensaba que era correcta y que el coste en vidas humanas iba a ser mayor a largo plazo si decidía no intervenir.