El pasado 17 de junio en Osaka, Japón, una cámara de seguridad grabó el momento exacto en el que un grupo de gatos, que mientras descansaban en uno de los famosos cafés con felinos de la ciudad, se levantaron poco a poco, como si acabaran de percibir algo. Segundos después comenzó a temblar.
Ese día, la ciudad japonesa de Wakayama, en la prefectura de Osaka, fue sacudida por un terremoto de magnitud 6.1, en el que fallecieron al menos cuatro personas y cientos resultaron heridos, mientras que la urbe sufrió algunos daños materiales.
Los gatos de Wakayama también detectaron que algo sucedería segundos antes de que se comenzara a sentir el sismo.
COMPORTAMIENTO ANIMAL INUSUAL
Un grupo de investigadores del Centro Alemán de Investigación en Geociencias (GMZ), hizo un estudio en el que analizaron 180 casos que recogían 729 informes de comportamiento animal inusual antes de la llegada de 160 terremotos.
Los informes se referían sobre todo a animales domésticos (perros y gatos) y ganado, pero también se estudiaron casos con animales más exóticos como tigres, leones y hasta gusanos de seda.
En la investigación se llegó a la conclusión de que ni una sola de las observaciones podía ser tomada en serio porque ninguna siguió el procedimiento científico válido.
¿INSTINTO?
Una investigación que se realizó anteriormente en la Ciudad de San Francisco explicó acerca de como no existe una sola prueba de que los animales que salen corriendo de su casa segundos antes a un terremoto, lo hagan porque por alguna razón saben “detectar” un sismo antes de que suceda.
Se habla de animales capaces de detectar los sutiles cambios en los campos magnéticos terrestres que preceden a un terremoto.
Se habla de instinto, pero al día de hoy no hay evidencia de que los animales puedan predecir un terremoto con segundos, minutos, horas o incluso días de antelación.