No es un mito, es una realidad. Llevar una alimentación sana contribuye a tener un cerebro sano y además permite retrasar su envejecimiento. Esa es una de las lecciones que bien conoce el conferencista, escritor, investigador y catedrático Néstor Braidot, quien sostiene que uno de los aspectos más importantes en cuanto a la evolución del cerebro es precisamente la longevidad que ha logrado el hombre moderno.
Para el autor de 25 libros de consulta obligatoria para personas y organizaciones, gracias a las neurociencias se han dado a conocer este tipo de informaciones que son el resultado de las investigaciones que se desarrollan diariamente.
Además, explicó que no se trata solo de realizar actividades aeróbicas, sino también de mantener una vida rica en nuevas experiencias, así como también aseguró que es posible tener un cerebro longevo.
Incluso recordó que es un hecho real, verificable y que puede ser estudiado en la isla de Okinawa, perteneciente a Japón, que es reconocida como la población con menos problemas cerebrales y la que se conoce como la más longeva del mundo.
Braidot, que es considerado como el padre de la neurociencia aplicada al desarrollo de organizaciones que tiene que ver con neuromanagement, neuroliderazgo, neuroventas y neuromarketing, recordó que la medicina epigenética se nutre de la nutrigenómica.
Asimismo, consideró que la unión de dos conceptos como nutrición y genética reúnen un gran potencial, pues a su juicio aunque lo que comemos no va a alterar nuestra carga genética, sí puede modificar desde su comportamiento hasta su expresión.
El célebre argentino insiste en destacar que la ciencia avanza en la medida en que se van realizando nuevos descubrimientos, que en algunos de los casos se contraponen a lo que algunos califican como determinismo genético. Por ello recomienda prestarle atención a todo lo que contribuye a cuidar y a entrenar el cerebro.