Una alumna de 22 años fue violada por un hombre que la amagó con un arma de fuego, a unos metros de su lugar de trabajo. Hubo testigos del hecho, pero nadie intervino.
Amelia estaba haciendo su rutina diaria que consiste en salir de su casa antes de la 6 de la mañana para entrar a trabajar a las 7 y asistir a la FES Acatlán en la tarde.
Alrededor de las 6:40 de la mañana, la alumna del campus de la UNAM bajó del transporte público en el cruce de Periférico y Primero de Mayo, en Nacucalpan, Estado de México, donde no hay policías ni cámaras de seguridad. Un hombre se acercó para amenazarla.
Mientras estaba esperando el semáforo para cruzar la calle, un hombre se me acercó y con un arma me obligó a caminar hacia la banqueta de atrás y me metió entre unos locales oscuros”, dijo a El Universal.
El individuo la despojó de sus pertenencias.
El sujeto, cuyo olor era asqueroso, me inmovilizó con su arma. Me quedé paralizada mientras me golpeaba después de ver que tría oculto en el pantalón el celular ‘bueno’, pues ya le había dado el teléfono para asaltos, mi cartera y mis credenciales”, declaró Amelia.
Pese a que hubo testigos, nadie hizo nada por evitarlo.
Incluso algunos volteaban y me veían con mirada de asco, pero nadie intervino”.
Después de los hechos, un hombre que iba con su hija la acompañó a su trabajo, donde esperó a su madre. Posteriormente, acudió al Ministerio Público (MP) en Naucalpan.
Amelia esperó más de siete horas sin poder asearse para que un médico legista del MP la viera. Como no había desayunado, comió algo. “Afectaste la evidencia”, reclamaron en el MP.
La convicción de Amelia de que sus compañeras de trabajo no pasen por lo mismo la llevó a hacer una denuncia que tomó casi 10 horas.
Parece que a nadie le importa nuestra seguridad”, lamentó la estudiante.
