Transportarse en avión siempre constituye una travesía.
Si bien por lo general todo se da con tranquilidad, hay veces en las que ciertos desafortunados se encuentran con situaciones bastantes incomodas.
Esto lo conoce bien Paula Taylor y su familia (su esposo y su hija de 10 años), quienes en un vuelo de Menorca (España) a Birmingham (Reino Unido) debieron sentarse más de dos horas en el piso de la aeronave porque sus asientos no existían.
De acuerdo con datos de News Break World, cuando abordaron la aeronave hallaron tres espacios vacíos con los números de sus asientos.
Según la denunciante, su hija fue acomodada en el último sitio desocupado del avión, pero ella y su cónyuge solo lograron ser sentados en los asientos de los auxiliares de vuelo.
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