La última tecnología se ha dado a la tarea de hacer que las excursiones escolares ya no se limiten a la distancia que puede recorrer un autobús. Una tarde de febrero en un salón de Brooklyn, Taylor Engler, de 16 años, se topó cara a cara con una vaca. Pero todo sucedió en su cabeza. Unos visores de realidad virtual habían transportado a esta estudiante de la Berkeley Carroll School y a ocho compañeros hasta una granja del estado de Nueva York, a 400 kilómetros de distancia.
Todos los días hay estudiantes que se zambullen en el mar, se dan a la tarea de hacer operaciones médicas e incluso nadan por el sistema circulatorio humano usando aparatos que son cada vez más accesibles tanto por su costo como por su contenido.
Es otra forma de obtener la atención de los estudiantes de la generación de los iPhones, según los maestros. Y puede mejorar su comprensión de las cosas y sus calificaciones. “Atrapa instantáneamente a los estudiantes”, afirmó Colin Jones, quien enseña ciencias en la Plainview-Old Bethpage Central School District.
Narra que utiliza un sistema llamado zSpace para estudiar células y ha caminado con los estudiantes por un bosque boreal usando una aplicación llamada Expeditions. “Es algo que se puede hacer en un período o dos”, indicó, “pero que podría tomar una semana en un laboratorio”.
En Brooklyn, Engler y sus compañeros se dieron a la tarea da caminar virtualmente por establos y campiñas de Watkins Glen, y extendieron sus brazos hacia cerdos y vacas que solo ellos veían. Fue una “excursión” que no se hubiera dado de no ser por la realidad virtual, según la consejera Lily Adler, dadas las limitaciones de tiempo y personal. Foto: Mi Mamá Tiene
