Yolanda Andrade se convirtió en alcohólica después de que, un día antes de que su padre falleciera, le deseara la muerte; la conductora reveló que comenzó a beber para olvidar lo que había pasado con su papá y para no sentirse culpable.
En el transcurso de diez años, contó, Andrade llegó a tomarse hasta dos botellas e alcohol diario y lo que la salvó del alcoholismo fue literalmente una caída.
“Cuando dije, ‘se acabó’, fue porque me caí en el baño. No sé cuánto tiempo me quedé ahí tirada. Cuando me pude parar, me esperé un ratito sentada, luego quise lavarme la cara y me pegué con el grifo; entonces, me vi en el espejo y yo no esta, no había nadie dentro de mí, en mi mirada, en mi alma y me asusté. Me senté llorando, le llamé a mi hermana y le dije, ‘Marile, intérname’”.
Antes de que se internara en la clínica Sierra Tucson, reveló, se tomó una botella de tequila; “pues la última ¡no!”, dijo. Ahí pasó Navidad, Año Nuevo y su cumpleaños, salió aparentemente recuperada, pero recayó en el alcoholismo.
Luego ingresó a un centro de rehabilitación en Uruguay y “ahí hice un ejercicio maravilloso, porque yo ya no podía con la tristeza ni la culpa”, reveló en entrevista con Maxime Woodside para Radio Fórmula.
“Me voy, toda la gente ahí lloraba, estaba deprimida, pero nadie era alcohólica más que yo. La maestra me dijo, ‘aquí afuera hay un bar, tu eres libre de hacer lo que quieras’.
“Entonces yo vi una piedra y pensé, ‘esa piedra es mi papá’. Y dije, ‘papá, ya no quiero cargar con esta culpa. Te pido perdón, no era lo que deseaba. Cuando llegue a esa piedra te voy a abrazar y ya no quiero cargar esta culpa’. Le dije, ‘perdóname, se acabó’ y me liberé”, recordó Yolanda Andrade.
