A menudo no esperamos que los políticos comprendan el meollo del modelo matemático de las enfermedades infecciosas, y mucho menos lo expliquen de manera concisa y precisa.
Sin embargo, la canciller alemana, Angela Merkel, que tiene un doctorado en Física, acaba de hacer ambas cosas, y es una clara demostración de lo importante que es para quienes tienen la responsabilidad de hacer política entender los aspectos básicos de la ciencia cuando se trata de una emergencia de salud pública como la pandemia del coronavirus.
Durante su intervención en una conferencia, Merkel, describió los planes para que el país disminuya lentamente la cuarentena después de lograr lo que ella llamó “éxito medianamente frágil” en la lucha contra la COVID-19. Los pasos tendrán que ir incrementándose para que no haya un resurgimiento en los casos, comenzando con una reapertura parcial de las tiendas la próxima semana y las escuelas el 4 de mayo, con una reunión a fin de mes para discutir cómo proceder el mes siguiente.
A medida que las sociedades comienzan a contemplar cómo reabrir sus economías después de semanas de cuarentena, los epidemiólogos han instado a una estrategia de varios ciclos de “supresión y levantamiento”: un régimen de medidas de flexibilización y endurecimiento para afinar el distanciamiento social serían perfectas para una población determinada en un momento particular. La idea es relajar las medidas cuando el crecimiento de los casos haya disminuido lo suficiente, pero apretarlas nuevamente si las infecciones comienzan a extenderse de nuevo. Hong Kong y Singapur, por ejemplo, ya están probando esta estrategia.
En el núcleo de la estrategia de “suprimir y levantar” hay un número clave: Rt, o el número reproductivo efectivo en tiempo real. Rt nos dice la tasa de transmisión real de un virus en un momento dado, t. Es decir, en una población particular, en un momento particular, ¿cuántas otras personas contraerán la enfermedad de parte de una sola persona infectada?
Este es el concepto que Merkel explicó muy bien ayer. Señaló que el Rt en Alemania está actualmente alrededor de uno, lo que significa que, en promedio, una persona con el virus infecta a otra persona. Uno es el umbral crítico: debajo de uno, la epidemia se desvanece gradualmente. Por encima de uno, crecerá, posiblemente exponencialmente. (Hong Kong tiene un tablero que muestra un Rt que se actualiza con frecuencia; el último Rt está justo por encima de 0,3).
Merkel luego esbozó lo que significaría si el Rt de Alemania subiera a 1,1.
“Si llegamos al punto en el que todos infectan a 1,1 personas, para octubre alcanzaremos el nivel de capacidad de nuestro sistema de salud, con el nivel asumido de camas de cuidados intensivos”, dijo.
Y si sigue subiendo, a 1,2, “todos estarán infectando a un 20% más”.
Pero podría decirse que el 20% es un número abstracto y difícil de entender para el ciudadano promedio. Merkel pareció reconocer esto, y explicó el porcentaje de manera más concreta: “De cada cinco personas, una infecta a dos, y el resto, a una”. A este ritmo, el sistema de salud de Alemania alcanzará su límite en julio. Con un Rt de 1,3, el sistema de atención médica alcanza su máximo en junio.
“Así que ya ves la poca libertad que tenemos”, dijo.
Actualmente, Alemania tiene más de 134.753 casos confirmados, lo que quiere decir que no está lejos de los 165.155 de Italia, según el rastreador COVID-19 de la Universidad Johns Hopkins. Pero su número de muertos es de 3.804, una fracción de los 21.645 de Italia, a pesar de que su primer caso confirmado fue detectado antes que en Italia. Uno de los factores claves que ayudó a Alemania a evitar que la pandemia se descontrolara fue el rastreo oportuno y estricto de los contactos, que permitió a las autoridades evaluar y aislar a las personas infectadas, lo que le dio al país un tiempo valioso para aumentar sus defensas pandémicas.
Fuente: Infobae