Un total de 36,5 millones de personas han pedido la prestación del paro en Estados Unidos durante las ocho semanas de hibernación económica a las que ha llevado la pandemia del coronavirus.
La brutal destrucción de empleo provocada por esta crisis global en la primera potencia ha acortado las zancadas, pero mantiene el saldo total en un nivel que ha puesto fin a la paradójica alegría de Wall Street.
La semana pasada hubo 2,9 millones de nuevos solicitantes de ayudas, frente un nivel inferior a la de la anterior y lejano de los casi siete millones de la última de marzo.
REPETIR TRAUMA DE LA GRAN DEPRESIÓN
Hay que remontarse a la Gran Depresión para encontrar un panorama comparable y el gran temor de las autoridades es que se repita un trauma de ese calibre, cuando la tasa de desempleo llegó al 23%, un nivel insoportable en un país con una frágil protección social en comparación con Europa.
Esta vez, además, se suma el drama humano: más de 84.000 personas han pedido la vida en Estados Unidos por el virus, más de un 1,3 millones se han infectado.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, señaló que la pandemia ha causado un nivel de dolor difícil de decir con palabras.
Prácticamente todas las ganancias del mercado laboral de la última década se han evaporado en apenas dos meses, un zarpazo en un momento en el que la economía estadounidense estaba viviendo su ciclo de crecimiento más largo de la historia.
La tasa de desempleo se situaba en febrero estaba en el 3,5%, el mínimo en 50 años, y en abril se encaramó al 14,7%.