Un llamado conjunto ítalo-alemán, inicialmente lanzado por eurodiputados “verdes” alemanes y otros, dirigido a los gobiernos e instituciones de la Unión europea (UE) pide tolerancia cero contra el lavado de capitales, el fraude fiscal y el “dumping” fiscal en Europa.
En varios aspectos, la iniciativa es más que aceptable.
La propuesta es para una tributación común con una tasa mínima sobre el rendimiento de las empresas. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ya trabaja en una propuesta específica, pero si un acuerdo no es logrado hacia finales de este año, la UE deberá hacerlo directamente. Las grandes empresas también serán obligadas a hacer públicos los lucros y los impuestos pagados, en cada país, tal como lo solicitó la Comisión y el Parlamento Europeo.
Además, se introducirá una tributación digital común, para asegura que las ganancias delos negocios digitales en Europa sean tributados en la UE.
Las reformas del IVA (Impuesto sobre el valor agregado)son necesarias en varios países europeos. Se estima que tan sólo los fraudes fiscales transfronterizos llegan a una cantidad del orden de 50 mil millones de euros.
Actualmente, la competencia fiscal en Europa llegó a dimensiones intolerables, alistándose a extender los rendimientos del capital a los rendimientos personales. Los comportamientos fraudulentos y los “trucos” de varios tipos, tales como ciertos tratamientos fiscales especiales en algunos países, zonas francas, visas y la ciudadanía “dorada” de otros, debilitan la tributación global y progresiva de los rendimientos en los países de la UE.
La lucha contra el lavado de dinero es un objetivo central. Según la Comisión de la UE, la pérdida anualde ingresos públicos llega a160 mil millones de euros. De acuerdo con la agencia policíaca Europol, solamente el 1% del dinero del crimen es confiscado. Urge, por lo tanto, la creación de una autoridad eficaz para investigar y reprimir semejantes actividades e, igualmente, debe crearse una fuerza policíaco-financiera en el ámbito de la Europol.
A nuestro parecer, es positivo que el documento reconozca la calidad de ciertas leyes italianas que nos gustaría ver extendidas a toda Europa.
El llamado, que ya fue firmado por más de 2 mil ciudadanos y personalidades italianas, alemanas y de otras partes, señala que, toda vez que la pandemia del covid-19 está afectando a todos al mismo tiempo, la crisis económica provocada por ella debe ser soportada en conjunto. Por consiguiente, el texto manifiesta un apoyo particular a la emisión de “eurobonds” para los cuidados de la salud. Sin la repartición de responsabilidades hacia la recuperación económica, todo el mercado interno y el propio proyecto de unificación europea estarían en riesgo.
De inmediato, los organizadores realizarían un coloquio internacional vía internet, con la participación de centenas de políticos y especialistas alemanes e italianos. El economista Tito Boeri, uno de os articuladores del llamado, caracterizó correctamente la primera emisión de títulos públicos europeos, como el llamado “momento Hamilton”.
De hecho, Alexander Hamilton, el primer secretario del Tesoro de los recientemente independizados Estados Unidos de América, se hizo notable por sus informes sobre el Crédito, el Banco Nacional y las Manufacturas.
Bajo su liderato, el Primer Banco de los Estados Unidos(First Bank of the United States), realizó préstamos a largo plazo, garantizados por el Estado, para el desarrollo económico, tecnológico y de la infraestructura del país. Trabajo, negocios e inversiones reales estaban en el centro del programa.
En la discusión, el Comisario Europeo para la Economía, Paolo Gentiloni, argumentó que, al contrario de la Gran Crisis de 2008, la crisis de hoy implica enormes pérdidas de producción, empleos y rendimientos, además del riesgo de un gran colapso en Europa. Por ende, la respuesta debe centrarse en la emisión de créditos subsidiados y dirigidos y de títulos del Fondo de Recuperación, por parte de la UE. Estos títulos prevén un período de rembolso a muy largo plazo, de 2028 a 2058.
Por primera vez en su historia, el presupuesto de la UE no consistiría solamente de contribuciones de los gobiernos en lo individual. La UE se dotará de sus propios recursos, mediante el acceso a los mercados financieros. En otras palabras, los títulos conjuntos serían emitidos y, después, vendidos a inversionistas institucionales y ahorradores europeos.
Según Gentiloni, el contenido del llamado está en el centro de las actividades de la actual Comisión, especialmente, las relativas a la lucha contra el fraude fiscal, el lavado de dinero y la competencia fiscal desleal.
Aparentemente, estamos en el camino correcto. Debe recordarse, con todo, que mientras las medidas de transparencia de las empresas y las medidas contra el lavado de capitales sean decididas por la mayoría, la políticafiscal exige una decisión unánime de todos los países miembros de la UE.
*MSIa Informa