La prensa como “certificadora de la realidad”

PERIODISMOFoto: alexisivansocco.wordpress.com

 

(MSIA INFORMA)

En su reciente discurso de toma de posesión de la Asociación Nacional de Periódicos (ANJ), el periodista Marcelo Rech, vicepresidente editorial del Grupo RBS, uno de los más importantes de los medios de comunicación brasileños, se lució al abordar el tema sobre el papel de la prensa impresa en una sociedad avasallada por la abundancia de información proporcionada por internet. Para él, los periódicos tienen ante sí el desafío de convertirse en los “evaluadores de lo cotidiano” o en los “certificadores de la realidad.”

 

“¿Qué nos reserva entonces el futuro? Debemos ser, los periódicos, en todas sus formas y plataformas, mucho más que trasmisores de noticias; debemos ser los certificadores profesionales de la realidad. En medio del caos generado por la abundancia desinformativa, tenemos la tarea de ser reconocidos como los evaluadores de lo cotidiano, se ser los que, gracias a conceptos éticos y a técnicas profesionales, ofrezcan a cada instante, las pruebas de veracidad para la Historia,” dijo (O Globo, 18/08/2016).

 

Según Rech, la profusión de datos contaminados por intereses ideológicos, financieros o personales constituye un factor de desorientación. Por ello, dice, “más que nunca las sociedades necesitarán de información independiente y de calidad, producida regionalmente, contextualizada, interpretativa, con profundidad y agilidad necesarias para obtener resultados en el caos informativo.”

 

Es cierto que este último diagnóstico es preciso y, sin duda alguna, Rech habla con conocimiento de causa. Al final de cuentas, él representa a una de las seis familias que dominan la gran prensa de Brasil, responsables de la reproducción en el ámbito nacional de una tendencia oligopólica igualmente observada en el escenario internacional, en el que las grandes empresas periodísticas son parte integrante del “establishment” dominante, con intereses que suelen estar lejos de servir a la sociedad con “información independiente y de calidad.”

 

HIPERFINANCIERIZACIÓN DE LA ECONOMÍA MUNDIAL

Por esto, no es casual que la analogía de la “certificación de la realidad” nos lleva a otras ramas del “establishment”, las agencias de calificación de riesgo, empleadas para evaluar los títulos de la deuda de los estados y de las empresas internacionales, cuyo comercio constituye uno de los pilares de la estructura financiera mundial, caracterizada por la libertad casi absoluta de los flujos financieros transfronterizos.

 

En este marco, las agencias actúan como las certificadoras del “buen comportamiento” financiero de los emisores de títulos, por lo que estos serán recompensados por los inversionistas internacionales, a cuyos apetitos se llega a atribuir, en gran medida, el papel de “motores” del desarrollo económico.

 

Tampoco es coincidencia que en las columnas económicas de los grandes periódicos no haya espacio para ninguna propuesta política que diverja de la primacía que se le concede a la hiperfinancierización de la economía mundial.

 

La sugerencia de Rech se inserta en la mejor tradición del “Ministerio de la Verdad” de la famosa novela, 1984, de George Orwell, con el que el gobierno totalitario de la distópica Eurasia recreaba permanentemente la narrativa de los acontecimientos de acuerdo con las conveniencias del momento. Por ello, lo que las sociedades de todo el mundo necesitan no es de “certificadores de la realidad,” sino un periodismo empeñado en buscar y transmitir la verdad, por ende no alineado con los planes del poder hegemónico.

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