El cansancio generado por la falta de descanso y de sueño, los embotellamientos, el calor excesivo o la deshidratación, entre otros factores, están detrás del 30% de los accidentes de tráfico, por encima de otras causas como el estado de las carreteras o las condiciones meteorológicas adversas. El principal problema del cansancio es que se trata de un enemigo silencioso. De hecho, la mayoría de los conductores no identifica sus síntomas.
Entre las 4 y 6 horas de conducción, el tiempo necesario para calcular las distancias y las velocidades aumenta en un 63%, el tiempo de reacción aumenta un 86%, y se reduce a un 60% la atención selectiva y la capacidad de procesar información relevante para la conducción.
La falta de hábitos como descansar cada dos horas, hacer estiramientos y tomar líquidos (sin alcohol) incrementa entre un 10% y un 14% el riesgo de sufrir un accidente.
Al cabo de 17 horas despierto y en actividad, los reflejos disminuyen tanto como si tuviéramos 0.5 gramos de alcohol en sangre, por ello la necesidad de descanso es importante y vital después de largos periodos de conducción.
Factores que producen cansancio al manejar:
- La falta de sueño
- La ausencia de descanso durante los trayectos largos
- Las comidas copiosas y pesadas
- La deshidratación
- El consumo de alcohol
- La ropa inadecuada
- El excesivo calor y luz de las horas centrales del día
Reconoce la aparición de la fatiga si…
- Sientes necesidad de moverte y cambiar de postura constantemente mientras conduces
- Tienes sensación de brazos y pies dormidos
- No paras de tocarte la cara o el cuello
- Sientes malestar y cansancio general
- Tienes tensión en el cuello
- Te pican los ojos y parpadeas de forma constante
- Tienes zumbido de oídos
- Te “pesa” la cabeza
- Comienzas a sentir somnolencia, bostezas y te estiras con frecuencia
- Te equivocas al cambiar las velocidades
- Te cuesta concentrarte en el camino y realizas maniobras casi inconscientes