Por más extraño que parezca, los caprichos del futbol no quisieron que el Tricolor sellara su boleto a la siguiente ronda pese a haber terminado la segunda jornada de la Fase de Grupos con seis puntos.
La Selección tiene su destino en sus manos, un destino que quedaría como la historia más dulce en los Mundiales para un equipo acostumbrado a sufrir, y que tendrá que hacerlo durante 90 minutos más para terminar por primera vez con un registro perfecto en la primera ronda.
Guillermo Ochoa se ha convertido en una muralla casi infranqueable; los defensas están hechos unos guerreros que se dejan la vida en cada pelota; los mediocampistas han tenido la lucidez y el cerebro necesarios para marcar diferencia; mientras que al frente, Lozano y Hernández han logrado armar una dupla que infunde temor en sus rivales. Al frente de todos ellos, Osorio ha sido la mente maestra que convirtió los abucheos y reclamos en ilusiones de algo más que un quinto partido.
Un rival que sorprendió a todos en las eliminatorias europeas y que en el camino dejó a la siempre poderosa Italia. Una escuadra que hace unos días se quedó a 20 segundos de eliminar a Alemania, pero que tuvo que llenarse de frustración por el portentoso gol de Toni Kroos, mismo que lo tiene hoy, jugándose la vida contra los nuestros y con la posibilidad de dejarnos eliminados si es que se quedan con la victoria y Alemania hace lo propio con Corea del Sur.
La hora de la verdad llegará cuando el reloj marque las 9:00 horas. Ekaterimburgo será la sede para definir el futuro mexicano y desde donde las pulsaciones de un país se acelerarán como pocas veces.
EL DATO
La última vez que México le ganó a Suecia fue el 24 de enero de 1994, en partido amistoso que el Tricolor ganó por marcador de 2-1.