En Gabón, una nación situada en la costa occidental africana y que es especialmente conocida por su diversidad, un grupo de científicos se llevó una sorpresa en el momento en que descubrió cocodrilos de color naranja.
Los ejemplares no sólo llaman la atención por su color sino que además, viven en cuevas en medio de excrementos de murciélagos. Richard Oslisly, uno de los descubridores del animal rememoró el momento del hallazgo en 2008.
El hallazgo se dio mientras él y un equipo de investigadores intentaban encontrar los restos de presencia humana en cuevas de Abanda, en el sur del país. De acuerdo con Oslisly, el “cocodrilo naranja cavernícola” puede medir hasta un metro 70 centímetros y es único en el mundo, pues solo se le ha visto en este lugar.
En tanto, Oliver Testa, espeléologo, dice que “la orina de los murciélagos empezó a atacar su piel y transformó su color”. Así, desde 2010 Oslisly, Testa y el estadounidense Martthew Shirley duplicaron sus expediciones al país para saber más de estos interesantes reptiles.
Los ejemplares pertenecen al grupo de cocodrilos enanos Osteolaemus tetraspis y están pasando por un proceso de mutación. Aún, el ADN de los especímenes no es especialmente distinto del de su primo enano en la superficie y por eso no se habla de una nueva especie, pero sí están desarrollando una nueva “firma genética”.
Ahora bien, esa firma genética se hereda de generación en generación tal como comprobaron los científicos al comparar muestras de sangre de los ejemplares cavernícolas con los de sus primos enanos en superficie.
Aunque el cocodrilo ya es una especie protegida en Gabón, los científicos señalab que Abanda debe convertirse en un “santurario íntegramente protegido”.