Desde hace más de cinco años es muy sencillo ubicar en los supermercados (generalmente en la sección “gourmet”) y las tiendas naturistas frascos de las más diversas marcas de aceite de coco, un producto que se promociona como altamente saludable. De hecho, no es raro que médicos naturistas señalen que es un remedio para los más diversos males, incluyendo darle más brillo al cabello, combatir la somnolencia, reducir la obesidad y hasta para disminuir las hemorroides.
Pero, según Karin Michels, una epidemióloga de la Universidad de Harvard, el aceite de coco es “una de las peores cosas que puedes comer” e ingerirlo es equivalente a comer “veneno puro”. Michels asegura que el aceite de coco tiene un alto contenido en grasas saturadas, responsables de aumentar el colesterol y, por tanto, subir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares en sus usuarios.
El aceite de coco posee más de un 80 % de grasa saturada, más del doble de la manteca de cerdo. Y 60 % más de la que se encuentra en el tocino del cerdo. La especialista sostiene que ningún nutriólogo serio aboga por el consumo del aceite de coco, pero la prensa “saludable”, y el respaldo de celebridades como Gwyneth Paltrow, ha logrado que la mayoría de los consumidores crean que es un producto saludable, a pesar de no ser así.
De hecho, Victoria Taylor, dietista de la British Heart Foundation, asegura que no existe suficiente evidencia para demostrar que el aceite de coco es bueno para la salud, y recomienda consumirlo poco. Por el contrario “lo que sí sabemos es que reemplazar las grasas saturadas con grasas no saturadas -como aceite vegetal, aceite de oliva y aceite de girasol- ha demostrado ser una forma efectiva de ayudar a reducir los niveles de colesterol”. Fuente: Código Espagueti