Raúl Hurtado, quien en 1966 fuera acusado por robo a la nación al haber localizado un cargamento de oro azteca de una embarcación colonial que naufragó, murió este día. El tesoro, conformado por piezas prehispánicas, fue conocido como “Las Joyas del Pescador”.
Hurtado vivía en la ciudad de Veracruz, en la colonia Playa Linda, y se hizo célebre por haber localizado el valioso cargamento de 42 piezas, cuando iba a la pesca de pulpos.
Las anécdotas de don Raúl referían que, una mañana de agosto de 1966, realizaba inmersiones a pulmón para buscar el pulpo que más tarde comercializaba, cuando observó en el fondo “un pedazo de fierro que brillaba bonito”, sin percatarse que era un lingote de oro, por lo que al llegar a su casa se lo dio a jugar a sus hijos.
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DELATADO POR UN COMPAÑERO
Poco a poco sacó otras piezas hasta que, mediante un compadre, supo que en realidad lo que tenía en sus manos era oro y se dispuso a venderlo, sólo que fue delatado por una persona que trabajaba con él en la pesca.
Dos veces fue detenido y encarcelado, acusado de robo a la nación, hasta que en la segunda ocasión fue dejado en libertad sin mayor explicación. A partir de ese momento ya no quiso saber nada de tesoros.
Durante el sexenio de Miguel Alemán, Raúl Hurtado recibió como apoyo una lancha y material para construcción, para que su casa fuera reparada.
FORTUNA EN JOYAS
Fue la “dote” que le entregó el Gobierno mexicano después de haber localizado una fortuna en joyas que ahora se exhiben en el Museo del Templo Mayor, en la Ciudad de México y otras en el Baluarte de Santiago, de la ciudad de Veracruz.