Meghan Markle y el príncipe Harry se dieron a la tarea de arribar este jueves a Tonga, en Oceanía, y en cuanto bajaron del avión, la duquesa de Sussex tuvo un problemita con su vestido.
La exactriz estadounidense utilizó un vestido rojo de la marca Self Portrait, con un valor aproximado de 513 dólares, y añadió un clutch de Dior y unos tacones de Manolo Blahnik BB, en color azul. Con su creciente baby bump, Markle lucía hermosa, pero hubo un detalle en particular que atrapó miradas, y es que, aunque el outfit parecía ser perfecto, a la duquesa se le presentó una falla de vestuario.
Cuando Meghan estaba bajando las escaleras, por debajo de su falda plisada se asomó la etiqueta de la prenda.
Aquí te dejamos una foto del hecho: