Estaba leyendo una entrevista que le hicieron a la actriz Sandra Bullock y creo que tiene mucha razón. ¿Por qué separar a las madres en dos grupos: las que adoptan y las biológicas? Ella dice: “dejemos de decir hijos adoptados, son hijos y punto”. ¡Basta de esta “distinción” social!
¿Acaso no somos todas madres?
Sandra fue muy clara al recalcar los comentarios de mal gusto que muchas madres adoptivas tienen que aguantar. Parece que todos tenemos derecho a opinar y a juzgar . Y creo que nos pasa a todas.
Que si optamos por un solo hijo, “pobre, se va a quedar solo tu niño”. Que si tenemos muchos hijos, “qué bárbaros, cómo se atreven en la situación actual”. Los padres de gemelos, los padres de niños con capacidades diferentes, los padres y madres a la vez… Para todos hay crítica. Todos en algún momento nos hemos sentido centro de las miradas y los comentarios curiosos.
Sandra, una madre y punto
Sandra Bullock es madre de dos niños de cinco y ocho años, adoptados en 2010 y 2015. En la entrevista a la revista InStyle fue clara al denunciar la falta de tacto que como sociedad tenemos a las mamás que adoptan:
“Vamos a hablar de estos niños como nuestros hijos. Nunca digan nuestros hijos adoptivos. Nadie llama a un niño, hijo concebido sin buscarlo o hijo de FIV (Fertilización In Vitro). Solo digan mis hijos porque eso son”.
De acuerdo con la actriz ella misma ha sido testigo y sufrido las preguntas hirientes y comentarios indiscretos: “¿Cuánto te ha costado la niña?, ¿Se sabe algo de su verdadera madre? ¿No podías tener hijos propios? ¿Vas a decirle algún día que es adoptada? ¿No probaste tratamiento de fertilidad?”, son algunas de las dolorosas interrogantes.
Al respecto la actriz dice basta y creo que tiene toda la razón. Ningún niño debería de ser etiquetado y ningún padre debería de verse en la necesidad de explicar la procedencia de su hijo si no lo desea.
Fuente: www.melodijolola.com/