Los tatuajes eléctricos incrustados ahora son una realidad, después de que ingenieros de la Universidad de Duke idearan una técnica de impresión electrónica directa apta para superficies como el papel o la piel, se abrió la puerta que permitirá hacer tatuajes que se iluminen con electricidad.
El concepto de los llamados tatuajes eléctricos se desarrolló por primera vez a finales de la década del 2000 en la Universidad de Illinois por John A. Rogers, ahora profesor de Ingeniería de Materiales en la Universidad Northwestern; pero en lugar de un verdadero tatuaje que se inyecta permanentemente en la piel, los tatuajes electrónicos de Rogers son parches de goma delgados y flexibles que contienen componentes eléctricos igualmente flexibles. “A lo largo de los años ha habido una gran cantidad de trabajos de investigación que prometen este tipo de ‘electrónica totalmente impresa’, pero la nuestra es la primera donde la realidad coincide con la percepción pública”, dijo Aaron Franklin, profesor Asociado de Ingeniería Eléctrica e Informática en Duke.
En esta nueva forma de electrónica impresa desarrollada en la universidad estadunidense, se cargan los diseños para un circuito electrónico en una impresora y, un tiempo después, se retira un circuito electrónico completamente funcional. La película delgada se adhiere a la piel como un tatuaje temporal, y las primeras versiones de la electrónica flexible fueron hechas para contener monitores de actividad cardíaca y cerebral y estimuladores musculares. Si bien este tipo de dispositivos está en camino hacia la comercialización y la fabricación a gran escala, hay algunos ámbitos en los que aún no son adecuados y se continúan trabajando, por lo que aún no se tiene fecha para su comercialización. “Para que la impresión directa o aditiva sea realmente útil, necesitará poder imprimir la totalidad de lo que esté imprimiendo en un solo paso”, dijo Franklin.
El laboratorio de Franklin y el laboratorio de Benjamin Wiley, profesor de química en Duke, desarrollaron una nueva tinta que contiene nanocables de plata que se pueden imprimir en cualquier sustrato a bajas temperaturas con una impresora de aerosol y producen una película delgada que mantiene su conductividad sin ningún procesamiento adicional.
Después de imprimirse, la tinta se seca en menos de dos minutos y conserva su alto rendimiento eléctrico incluso después de soportar una tensión de flexión del 50 por ciento más de mil veces. En el video publicado por la universidad, Nick Williams imprime dos pistas electrónicamente activas a lo largo de la parte inferior de su dedo meñique.
Hacia el final de su dedo, conecta los cables a una pequeña luz LED. Luego aplica un voltaje en la parte inferior de los dos cables impresos, haciendo que el LED permanezca encendido incluso cuando se dobla y mueve el dedo.
Fuente: Milenio