Las temperaturas en muchos estadios que se juegan en el Mundial de Rusia 2018 rondan los 30 grados y el calor es sofocante. Turistas y jugadores lo sienten: “El calor era insoportable”, dijo Óscar Tabárez, seleccionador uruguayo, tras el partido ante Arabia Saudí disputado el miércoles en Rostov.
Conocida como el horno de Rusia, Rostov alcanza los 40 grados todos los veranos, aunque desde que arrancó el Mundial de Futbol, la máxima ha sido 35 grados.
El calor es seco, pero los aficionados uruguayos y mexicanos no dejaban de quejarse y aprovecharon las fuentes urbanas para refrescarse y en algunos casos para darse un chapuzón, ante la permisiva mirada de las patrullas cosacas.
La ciudad es cruzada por el río Don, pero solo es navegable para buques de gran calado con destino al mar de Azov y no es recomendable para el baño.
MÉXICO-COREA DEL SUR
Este sábado, para el duelo entre los mexicanos y los surcoreanos se esperan unos 34 grados, por lo que ambos equipos tendrán que hidratarse más de lo habitual y los hinchas siempre pueden recurrir al tradicional sombrero mariachi.
Las altas temperaturas son la norma en el sur del país, donde se encuentran la mitad de las sedes mundialistas y muchas bases de concentración. Que se lo pregunten a los futbolistas españoles, que ayer aprovecharon el día de descanso para tomar el sol, ya que en Krasnodar el calor también es especialmente intenso.
En Sochi, donde España debutó y podría tener que disputar los octavos de final, los termómetros marcan ya 28 grados y el mercurio no hace más que subir, a lo que se suma la humedad característica de la ciudad bañada por el mar Negro.
El servicio meteorológico no tiene piedad de los futbolistas en sus pronósticos y vaticina en los próximos días una fuerte ola de calor por toda la región meridional y central de la parte europea de Rusia.
En Volgogrado, ciudad bañada por el Volga, las temperaturas alcanzarán los 40 grados antes del final de la primera fase, mientras en Samara se esperan 32 para el partido del 25 de junio entre Uruguay y Rusia.
Eso sí, a diferencia de Rostov, en Samara hay una playa fluvial en la misma ciudad en la que el hincha de turno puede bañarse sin mayores preocupaciones.
En Saransk, la ciudad más pequeña del Mundial, se esperan 33 grados para el Portugal-Irán, partido decisivo para el devenir del Grupo B.
MÁS AL NORTE
En el curso medio del Volga se encuentra Kazán, donde los colombianos tendrán que soportar el lunes unos 30 grados ante Polonia.
Los panameños verán cómo los termómetros ascienden en la antigua Gorki hasta los 32 grados cuando se midan a Inglaterra el próximo lunes.
En Moscú también se esperan temperaturas de 30 grados para mañana sábado, cuando se enfrentará la Bélgica de Roberto Martínez ante Túnez, pero después bajarán levemente las temperaturas para el Brasil-Serbia y el Dinamarca-Francia.